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Versos por Edgar Caballero Gutiérrez

 

 

-Quiero que todo el muera-

 

 

Quiero que todo el mundo muera, para así ser feliz

No es que sea mala persona, o tal vez sí

Y sé que voy a extrañarlos mucho, o tal vez no

Pero se, que así

Por fin, podré ser feliz.

 

 

Quiero que todo el mundo muera, y por fin podré descansar

Ya no habrá que preocuparse por los demás

Los que me critican o los que me necesitan se irán

Y así, por fin, yo podré ser feliz.

 

 

Sé que es egoísta, sí

Pero al final, cuando todos mueran

No habrá persona que me critique más

Y lo que yo quiera se hará

Y por lo tanto yo seré feliz.

 

 

Al final, si descubro cual es mi infelicidad

Y resulta ser la soledad…

Bueno, habré aprendido algo más

Y por consecuencia, yo voy a ser feliz.

 

 

 

 

 

-La llamada-

 

 

Recibo la llamada del futuro y no respondo

Aún no hago las paces con el pasado

¿Cómo puedo seguir sin saber quién soy?

¿Cómo puedo responder si no sé a dónde voy?

 

 

El teléfono sigue sonando, ahora es el presente

Quien llama imprudente

¿Le respondo? ¿Qué le digo?

¿Le digo que estoy listo para el camino?

¿Le miento respecto al sentir?

Dejo que suene sin más

Dejo que el tiempo avance así nada más.

 

 

El tiempo pasa más rápido que antes

La vida se va sin sentir nada más

Ahora estoy en un limbo temporal

Dónde mis decisiones me atormentan

 

 

De pronto el futuro es hoy

El presente es el ayer

Y yo sigo siendo el mismo

Un niño perdido en el abismo

Sin pasado, presente y con un futuro acortado.

 

 

Pienso y reflexiono

Debí contestar esa llamada

Debí afrontar lo que me esperaba

Y ahora, nada soy, a ningún lado voy.

 

 

Sólo me queda el presente vacío

Y un pasado que sigue sin hablarme

Sólo soy la sombra de lo que debí ser.

 

 

 

 

 

-La marca de tus ojos-

 

 

El amor, un reflejo humano del alma

Un momento que la vida cambia

Que a veces se pierde en la nada

Cuando uno no descubre esa mirada.

 

 

En los ojos de tu pareja algo aguarda

Un espejo de su ser, un imán para la sonrisa

Todo puede mentir, menos esa marca

La que se torna amarga y a veces sangra.

 

 

El corazón late y a veces se para

El cerebro razona, piensa y luego cambia

Las manos sudan y tiemblan de amor, pero se calman

La respiración se agita, se va un instante pero se tranquiliza.

 

 

Y, aunque esa mirada a veces duela

Siempre que la observes y veas

La marca de sus ojos, el signo de que te ama

No importa cuando sangre, no importa cuánto arda.

 

 

La marca de sus ojos te aguarda

Pues es tuya hasta que parta

No se borra jamás

No miente y sólo tú la podrás mirar.

 

 

Signo universal

De un amor sin igual

Elemento especial

Puro y trascendental.

 

 

 

 

 

-El increíble cuento del más allá-

 

 

Senderos oscuros recorren sus umbrales

Voces marginales gritan y se lamentan

La oscuridad reina, estamos en sus fauces

El retorno desaparece, el miedo se incrementa.

 

 

Ángeles oscuros merodean cada árbol

Me observan, me acechan, me vigilan

La vida en mi se aleja, la muerte me asimila

Y mi nombre brilla, en mi descanso de mármol.

 

 

Ya no pertenezco allá arriba

Ahora debo recorrer esta colina

Negra como mis actos, fría como mi aliento

Solo como el fin de mis días.

 

 

La tierra de los muertos vislumbro

Mi nuevo hogar, pueblo ancestral

Alguien me vigila, ser espectral

Me da la bienvenida, no me acostumbro.

 

 

Sus rostros no muestran

Su acento me cuesta

Finos trajes utilizan

Máscaras de mármol muestran.

 

 

Me toman de la mano, me guían

El pueblo lúgubre se asoma

Las colinas eternas lo rodean

Los habitantes muertos y sin rostro me toman.

 

 

Mi cara pálida y huesuda se muestra

Reniego a mi nueva apariencia

El gobernante del lugar me reconforta

Me ofrece su mano, me sentencia.

 

 

Aquí podrás vivir, me dice

Hay que dejar atrás tu apariencia

Adopta la máscara, me insiste

Termina con tu inocencia.

 

 

Entre más me convencen, mas veo su realidad

Sus máscaras, antes pulcras se parten

Seres monstruosos con vanidad

Se esconden de mí, para que no me espanten.

 

 

No tengo más por que vivir

Mi hogar debo seguir

El pueblo de los muertos es donde pertenezco

Mi máscara uso con recelo.

 

 

Y así, la muerte abrazo para mí

Ser sin cuerpo y alma me convierto

Y la oscuridad alimento

El más allá es donde pertenezco.

 

 

 

 

 

-Réquiem Ad Astra-

 

 

En el crepúsculo de los dioses se escribe

El eterno descanso, de las luces celestiales

Entre templos y escrituras se exhibe

El fin de las estrellas itinerantes.

 

 

Destellos astrales se apagan

Junto a los dioses que hemos creado

Descansan ya en el cementerio olvidado

Dónde yacen almas que sus pecados pagan.

 

 

Ángeles fuimos

La oscuridad vencimos

Pero la soledad nos comió

Y desde el cielo él sonrió.

 

 

Ahora que los despedimos

Sabemos que ya están contigo

Sin saber si es bueno o malo

Simplemente es lo necesario.

 

 

Las riquezas y templos colapsan

Todo queda en silencio, mientras avanzan

Bóvedas celestiales se extinguen

Cómo las escrituras antiguas distinguen.

 

 

El cosmos anuncia su recorrido

Señor de la noche, logra tu cometido

Y que todos tus feligreses

Rindan tributo a aquellas almas felices.

 

 

En el Olimpo de la vida, te rendimos pleitesías

Escucha las plegarías, ¡Oh! mi querido mesías

Que su descanso sea en paz

Que su recuerdo no muera jamás.

 

 

La perpetuidad los acompañe

La piedad los aguarde

Que su nombre resuene sin parar

En el infinito que es su nuevo hogar.

 

 

Señor, ven y dales descanso

Perpetuidad, amor y un abrazo

Para que su viaje sea placentero

Y su luz no quede en cero.

 

 

El recorrido final comienza

Cuando se acepta la mortalidad

Y las estrellas con vergüenza

Se apagan y pierden su amabilidad.

 

 

Absolución a estas almas viajeras

Reyes celestiales, ahora sin tierras

Darles descanso perpetuo

Y cólmalas de reconocimiento eterno.

 

 

Edgar Caballero Gutiérrez (11 de octubre de 1987). Formación académica; Carrera intensiva de cinematografía (2012); Licenciatura en Bibliotecología y Estudios de la Información, UNAM (2015-); curso en línea de Guión de Largometraje impartido por Filmadores (2020); Introducción al guionismo en Tutellus (2020).

Cómo escritor ha participado en el 1er. Concurso de Filocalaveritas 2017, obteniendo el tercer lugar por la obra “La UNAM trasciende fronteras”. Participó en el proyecto “¿En qué piensas cuando miras al cielo? En 2017. Participación en el Concurso Timón de Oro 2017.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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