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Turba de sonidos y una sed de Polvo por Adriana Tafoya


Estrategias del polvo, antología personal del poeta, ensayista y editor Ricardo Venegas,
publicada por Buenos Aires Poetry, 2021, reúne textos creados entre 1995 y 2021. Esta
selección, cuenta con seis apartados: Signos celestes (1995), Caravana del espejo (2000),
La sed del polvo (2007), Turba de sonidos (2009), Trovas para ultramar (2013) y Ruedos de
ronda (2021).

Si bien, el poeta hace la selección, se entiende que es acertada, no solo por el decir de la
forma (sin perder su peculiar humor), al incluir en la expresión lírica sonetos, haikús,
aforismos y el uso de un verso libre atemperado por el pensamiento oriental, sino porque
logra expresar el sentir humano más arcaico y tribal que aun padece el ser humano: la
necesidad del algo más, del deseo que busca con desesperación no terminar en la
polvareda de las frustraciones; la demanda de lo eterno.

La reflexión de Verónica Volkow, en otra reseña, sobre esta misma obra reunida, es que
“Venegas es un poeta del aire, del desierto, del viento, del anhelo; su poesía es la de un
viajero que atraviesa la adversidad, impulsado por la aspiración de una tierra prometida,
pero cuyo rostro es permanentemente erosionado por el polvo y la arena.”

Esto se debe a que el autor se basa en estos elementos constantemente para invocar a las
fuerzas naturales y crear un torbellino, una tolvanera, que cambie -lo que a su vista-, no
ha logrado cambiar; el panorama de un mundo abandonado a la tragedia de su suerte.
Por lo mismo, es también un acierto el cometario en el prólogo de Evodio Escalante, al
referirse a sus versos, como poseedores de un “tono terrestre y desencantado.”

Y tal vez, en verdad, Ricardo Venegas se ha convertido al paso del tiempo, en la más digna
expresión del “verso austero”; directo y crudo, posiblemente por el mismo escepticismo
que lo acompaña. Lo podemos leer cuando en alguno de los poemas pregunta; “¿Cuánto
dura la vida? / He visto la caída de una gota/disipada en el suelo/ efímera”, “¿Dónde se
anuncia la verdad/ de los que llevan soledad/ de ti en el alma?

Pareciera que Venegas se uniera al diálogo de los bardos muertos, para conversar, para
empatizar con Vallejo cuando dice: “Dios que anda enfermo”, y Cesar Vallejo, a su vez,
revelándole:

“yo nací un día
que Dios estuvo enfermo
Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar”.
Para que Ricardo, también sentencie: “no somos más que viento/ vibrando en las
persianas”.
Pita amor, no se haría esperar, al lamentarse:

“Va a perderse mi huella…
Sólo soy llamarada del destino;
una loca centella
que tiene el desatino
de pretender que el polvo sea divino.”

Como se puede apreciar, el tema del Polvo es recurrente en la poesía. Crea cierto halo de
misterio que se torna irresistible en los poetas, pues provoca ser nombrado, para soltarse
en nuestras manos, dar libertad al polvo mismo, manifiesto en un reloj de arena y lograr
así, tal vez, por fin, la eternidad.

En esta selección, van a encontrarse con versos hechos para tocar al lector más escéptico:
“Tu rostro está encendido, dios del tiempo”, “andaba con el miedo entre las manos, con la
palabra Espera”, “¿Cómo volver a ti con tantos nombres?”. Pues el poeta, enuncia una de
las intenciones más profundas que acongojan al ser humano; la incertidumbre.
Quizás, efectivamente, Ricardo Venegas, ha decidido como en uno de sus poemas,
conversar por fin, con “los parientes que dejamos conversando solos, / y aún no
advierten/ que ni los escuchamos/ y que ya no existen”, entre comillas, no están. Y en
empatizar respondiendo a Quevedo cuando dijo:

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

Y escuchar a Venegas, el poeta contemporáneo, dolerse, para decir: “Faltó el amor para
gritar, gritar hasta perderlo todo”, porque para morir, definitivamente, nos ha faltado la
valentía para entregar todo al amor.

En este compendio, por conclusión, el lector encontrará la línea preceptora de un estilo
bien marcado que ha logrado consolidar Ricardo Venegas, a través de los años, en su
oficio de poeta.

Estrategias del polvo, definitivamente, es un libro para conocer, con más profundidad, su
obra.





Selección poética:



DIOS Y EL AVIÓN

El dios baja sinuoso
en cátedras de aire,
baja despierto en espiral
hacia los reinos del polvo.
Mira los sueños
del pasajero dormido en un avión
–ríe–
la nave le atraviesa los ojos al divino,
el dios pasa cantando los eterno con las nubes.





TAÑIDO DE SILENCIO

¿Cuánto dura la vida?
He visto la caída de una gota
disipada en el suelo;
efímera,
más que la hormiga que merodea mis pasos.

Vengo también de un cielo espeso.

Como gota vigía que se esfuma
me detengo a esperar ese momento.





CARAVANA DEL ESPEJO

Asida de un hueco interminable
cae,
absoluta ciudad de manicomios viejos,
como si ángeles nocturnos
vinieran a decirnos cada noche
“la absolución de insomnios viene en nubes”,
dibujo vagabundo dice la voz de Dios que anda enfermo.

Aunque bajo los astros
ni la humildad ni el tiempo alcanzan.

Hace dos lunas las sombras abandonaron cuerpos
por unas cuantas lumbres que llevaba el viento.

Hace muy poco el aire se posaba en manos de los muertos
y hoy
la oscuridad halló su nombre en el silencio.
Me vienen a buscar los que han visto en la luna
el porvenir de los desiertos.

He visto la ira desbandada sobre el aire,
la infancia recorrida con el cuerpo roto
bajo el cielo prendido del canto triste de una tarde.
Y duele el desamor de tantos años.
Si germina un espejo con agua del verano
leo mi nombre y el rastro malabar de la ceniza:
he visto a la Voraz cuando aparece
tragarse la presencia de cuanto amo.

He callado el amor
con una píldora de insomnios,

he negado la sombra del Creador
por la moneda del decoro,
he bebido ese cáliz
que agota la verdad del que respira,
pero hoy amaneció nublado el corazón
y antes de irse
me ha dicho que le escriba,
que sólo escriba a la deriva de las horas.

“Arde la sed del cielo en tus entrañas,
he vivido en el centro de tus causas
con una muchedumbre a solas:
y en esta habitación cuento los años
y de principio a fin somos abismo”.





LA SED DEL POLVO

I
Atrás lo que podría recordar
en una aparición de escenas
donde las soledades se reunieron,
atrás es vida eterna para mis muertos,
los más amados en el viento
y en la congregación de los venenos.
A esta cita del presente he asistido
con la puntualidad de un marcapasos
y no hay mirada vasta que precise
por qué sigo creyendo que somos
los que estamos vivos.


I I
Turba de sonidos y una sed de Polvo
Por Adriana Tafoya
Queda el ondear
de sílabas perdidas en la lluvia,
el cuerpo viejo que se despide
como fruto caído
del árbol más vital.
Contemplo al que se va
con esa necedad de quien arregla el mundo
antes de no volver,
antes de irse
a donde ya no importa
de qué tiempo venimos,
a donde ya no importa
ni tu nombre ni el mío.


I I I
Nos quedamos varados bajo el árbol
y sentimos un aire de distancia,
descanso acompañado sin saberlo
y es la primera vez que veo al viento.


IV
Atrás de mí viene el que escribe,
pero otro se adelanta
con la primera frase,
alguien con la costumbre de interrumpir
reprende a su adversario
mientras el vagabundo en mí le dice al educado
que se calle y le lanza un conjuro
que nos deja sin habla,
caigo al abismo del nómada
y dejo de lidiar con ese extraño
para seguir en la batalla.


V
¿Por qué no baja Dios
y nos abraza?


VI
Tiene que haber una manera
de escribir sin dejar tantos escombros,
tiene que haber una manera:




Adriana Tafoya. Poeta y Editora. México.1974. Estudió Turismo en Colegio Senda Fleming. Libros publicados: Animales Seniles (2005), Enroque de flanco indistinto (2006) -poemario sobre ajedrez- que le valió jugar contra Garry Kasparov en las simultaneas para celebridades en «La Gran fiesta Internacional del Ajedrez 2010», Sangrías (Ediciones el Aduanero,2008).

El matamoscas de Lesbia y otros poemas maliciosos (Ediciones Pasto Verde, 2009 / segunda edición Bitácora 2010/ tercera edición Cátedra Miguel Escobar 2014) Diálogos con la maldad de un hombre bueno (Editorial Ultramarina Cartonera, España, 2010/ segunda edición Inferno Ediciones 2014). Malicia para niños, (Colección Mi Primer Bakunín, 2012/ segunda edición Inferno Ediciones/ Campo Literario 2017), El derrumbe de las Ofelias (selección poética, Inferno Ediciones, 2012), Viejos rituales para amar a un anciano(Casa Maya de la Poesía, Colección Rosa Náutica No. 93/Campeche México 2012), Los cantos de la ternura,(colección poesía sin permiso, 2013), Mujer embrión (Edición Especial, 2013), Los rituales de la tristeza (Rojo Siena Editorial, 2013), Parábolas del Equilibrio (Sikore Ediciones, 2015) y Huevo moteado (transmutar los seres), Campo literario/ Editorial ultramarina, 2021.
Obtuvo el primer lugar en el I Slam de Poesía organizado por la Alianza Francesa (2007). Fue conferenciante en el Festival Internacional de Ajedrez 2006, organizadora de los Miércoles Itinerantes de Poesía, creadora del Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero y del Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora. Ha sido incluida en más de 50 antologías poéticas, entre ellas el «Anuario de poesía 2007» Selección de Julián Herbert, (FCE 2008, «Poesía del ahora; poetas de Portugal y México», prólogo de Juan Manuel Roca, (Eternos Malabares, 2018) y «Antología General de la Poesía Mexicana», poesía del México actual, de la segunda mitad del siglo XX a nuestros días. Selección, prólogo y notas de Juan Domingo Argüelles, (Océano/Sanborns, 2014).

En 2020 recibe la Presea “Gran Mujer de México” a mujeres destacadas en diferentes ámbitos de nuestra sociedad, (Tren Suburbano/Juridico Arrieta y Asociados/Gica grupo integral por la Cultura y el Ambiente/Comunicaciones Internacionales/Consejo de juristas del Estado de México A.C) y en 2021 le es otorgada la Presea «Pluma y voz poética»;
reconocimiento a su trayectoria y labor literaria y cultural y el reconocimiento al mérito en el ámbito poético, dentro del homenaje a mujeres sobresalientes por su entrega y compromiso, por parte del colectivo de mujeres “Nosotras por una vida digna”, 2022.

Actualmente es editora de la revista y editorial VersodestierrO y editorial Campo Literario.

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