Por Homero Carvalho Oliva
El País de los poetas
“Marcho lleno de un vigor supremo y nuevo,
soy parte de una procesión inacabable”
Walt Whitman
El País de los poetas
es el país de Roque Dalton,
perdido en la montaña
entre el Paraíso y el rio Leteo.
Allí donde el mundo
es una taberna y otros lugares,
donde los muertos rebeldes
están cada día más indóciles
y las palabras definen destinos.
País, nación, patria, estado,
donde el amor no es una búsqueda,
es la celebración de los encuentros;
sin dioses en el cielo ni amos en la tierra,
territorio de Roque Dalton y de los poetas.
Capital no posee el País de los poetas,
ni mezquinos mapas a escala,
las calles se caminan siguiendo
las hojas de Parra, los laberintos de Panero,
las huellas de Pizarnik y de Plath;
allá el horizonte está en todas partes
y las fronteras en ninguna.
Territorio liberado en pleno corazón,
en el que las y los poetas son casas abiertas
y el tiempo es la medida de la amistad.
Brisa fresca susurra cada ocaso,
entre las flores de los jardines y las bibliotecas.
Cuando muere un poeta,
el divino Dante Alighieri lo guía
por los ilustres infiernos
hasta elevarlo a la tierra de sus hijos;
y en la heredad germinal
el poeta nacerá de nuevo,
su voz tendrá el alcance del viento.
Cuando sea grande seré poeta,
como Roque Dalton,
el poeta cuya vida es poesía,
tomaré mi mochila, un libro de Pessoa,
otro de Cerruto y, por si acaso,
alguno de Derek Wallcot;
un lápiz y un cuaderno escolar;
muy temprano iré a la montaña,
a trabajar en la siembra de mis hermanos
que habitan el País de los poetas.
Fantasmas jubilados
Tan lejos está mi pueblo
que se ha convertido
en un lugar de fantasmas jubilados
que ya no espantan
en las noches de tormenta
Segundo mandamiento
Así como no debes levantar el nombre de Dios en vano, tampoco debes acariciar un cuerpo en vano.
Silencios
El silencio de los amantes es una fruta madura.
El de los niños es un dragón extendiendo sus alas.
Los ancianos recuerdan el silencio en la penumbra de un cine antiguo.
La música es la consagración del silencio y el vacío su ausencia.
El amor no es otra cosa que el silencio virgen del alma.
Quietud de cuerpos, repentino el silencio resbala en la piel.
Los paisajes son la contemplación del silencio.
Los silencios de los desaparecidos son llagas que no cicatrizan.
El silencio de la noche es una manera de nombrar los sonidos de la oscuridad.
El infinito es la ofrenda silenciosa de todos los tiempos.
Los cinco sentidos nacen en el silencio y fecundan invocaciones.
El poema es la revelación de los silencios.
En el silencio de los templos y los hogares habita Dios, en ese silencio nos reconfortamos.
Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el Premio latinoamericano de cuento en México, 1981 y el Latin American Writer’s de New York, 1998; dos veces el Premio Nacional de Novela con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido publicada en otros países, traducida a otros idiomas y figura en más de treinta antologías nacionales e internacionales como Antología del cuento boliviano contemporáneo e internacionales como El nuevo cuento latinoamericano, de Julio Ortega, México; Profundidad de la memoria de Monte Ávila, Venezuela; Antología del microrelato, España y Se habla español, México. En poesía está incluido en Nueva Poesía Hispanoamericana, España; Memoria del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín y Festival de Poesía de Lima. Entre sus poemarios se destacan Los Reinos Dorados, El cazador de sueños y Quipus. El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario Nocturno y es autor de la Antología de poesía del siglo XX en Bolivia, publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, Editorial El ángel, de Ecuador, publicó su poemario ¿De qué día es esta noche?, Antología de poesía boliviana contemporánea, publicada por Amargord editores, de España y Antología de la poesía amazónica de Bolivia, publicada por Ediciones Sur, de Cuba; editorial Cintra y ARC, de Brasil reeditaron dos libros suyos.