Para hablar de la literatura creada en México, no solamente importan los autores y sus obras, sino también será necesario situarlos en las relaciones existentes con otros personajes de la época que les tocó vivir. En un México cuya lucha por la Independencia de la corona española duró un período de 11 años (16 de septiembre de 1810 a 27 de septiembre de 1821), el ser y sentirnos mexicanos sigue siendo un tema de discusión derivado de la amplia diversidad de los pueblos originarios, sus civilizaciones, su cultura, y el mestizaje imperante que se produjo de la mezcla con la sangre europea, africana, y asiática de multiplicidad de sincretismos que derivaron de ella, sin dejar de reconocer la influencia neocristiana mayormente de índole católico. Para este 2021 apenas vamos a cumplir los primeros 200 años de fundación como país. Somos un país joven con respecto a Europa, India, Asia.
En estos 200 años de vida independiente nuestro país estuvo sitiado por varios conflictos bélicos en los que luchaba por ser reconocido como un país libre e independiente, y por entender el significado de ser mexicano que le brindara cohesión cultural al país. No fue sino hasta el final del Segundo Imperio Mexicano que el presidente Juárez recapacitó en la necesidad de que fuera la lengua española (el castellano) la que debiera servir para brindarnos parte de nuestra unión como pueblo. Nuestros escritores nacidos o radicados en México han surgido de ese encuentro de culturas, han copiado las formas europeas, han intentado en sus letras reconocer los mexicanismos imperantes producto del apropio de algunas lenguas mexicanas distintas al español, así como narrar muchas de las costumbres en sus regiones, ciudades, pueblos y villas, representando la urbanidad tanto como la vida del campo.
En ese tratar de reconocernos como mexicanos debemos enmarcar algunos de los conflictos bélicos más importantes que se fueron sucediendo a lo largo de nuestra historia como país: recordar que de 1821 a 1829 se dieron intentos españoles de reconquista en México. También se dieron tremendos conflictos con los pueblos originarios del norte del país: contra el pueblo Comanche y el pueblo Navajo (1821-1848), contra los apaches (1821-1915), contra el pueblo Yaqui (1821-1929). Entre 1822 y 1823 ocurre la Revolución del Plan de Casa Mata para terminar con el primer imperio de Agustín de Iturbide. En 1823 Guadalajara, Oaxaca y Puebla declaran su independencia y son combatidos por las fuerzas mexicanas. De 1835-1836 ocurre la Guerra de Independencia de Texas, separándose de México. De 1838 a 1839 se da la Guerra de los Pasteles con Francia. Entre 1842 y 1843 fue la invasión a Yucatán, que también había declarado su independencia de México. Existió un Conflicto México-Guatemala (1842-1882) sobre la posición de la frontera entre ambos países. De 1846 a 1848 ocurre la Intervención estadounidense en México con el fin de anexarse la República independiente de Texas, lo que consigue.
En el sureste de México de 1847 a 1901 se da la terrible Guerra de Castas entre el pueblo maya y los blancos yucatecos que los mantenían como esclavos en sus “encomiendas”. De 1857 a 1861 nos afectó la Guerra de Reforma que inicia con la proclamación del Plan de Tacubaya, desconociendo a la Constitución de 1857, y concluye con el derrocamiento del gobierno conservador, y la continuidad del liberal. De 1862 a 1867 ocurre la Segunda Intervención Francesa con la intención de grupos conservadores mexicanos de instaurar una monarquía en el país. Concluye con el fusilamiento en Querétaro de Maximiliano de Habsburgo (segundo emperador de México) y de Miguel Miramón.
Luego vivimos una relativa calma conocida como Porfiriato (entre 1876 y 1911), que concluye con la Revolución Mexicana (1910-1920). Inicia con el Plan de San Luis y concluye con la creación de la Constitución de 1917. En 1911 anarquistas mexicanos, bajo la influencia de Ricardo Flores Magón, intentan independizar Baja California. De 1926 a 1929 ocurre la sangrienta Guerra Cristera. En 1974 se da el ataque de la guerrilla del maestro rural Lucio Cabañas.
También vimos persecuciones y matanzas por conflictos electorales: Después de las elecciones presidenciales de 1929 contra los seguidores de José Vasconcelos que acusaron fraude electoral. En 1940 contra los seguidores de Juan Andreu Almazán. Y la matanza en León, Guanajuato, el 2 de enero de 1945, ante una protesta de fraude electoral (30 muertos y 300 heridos).
La Guerra contra las Guerrillas ocurrió entre 1950 y 1985, empezó contra el gobierno de Miguel Alemán y fue cambiando de forma para concluir en el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando dio inicio el Salinato (1982) que continúa como parte del gobierno de Andrés López (período que igual se conoce en México como Partidocracia, el gobierno repartido y heredado entre Partidos Políticos, sus líderes y familiares que lo conforman). En este período se pueden reconocer varios puntos de importancia de orden armamentista y de conflicto: 1. El levantamiento armado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (enero de 1994). 2. La primera aparición pública del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el estado de Guerrero el 28 de junio de 1996, aniversario de la matanza de campesinos en el vado de Aguas Blancas, ordenada por el gobernador Rubén Figueroa Alcocer. Las autoridades mexicanas han relacionado a estos guerrilleros con los remanentes del Partido de los Pobres fundado por Lucio Cabañas, y la lucha contra el avance del comunismo en Latinoamérica. 3. La Guerra contra los Carteles del Narcotráfico (2006-actualidad) decretada por Felipe Calderón Hinojosa y que continúa vigente hasta nuestros días, en este mismo sexenio presidencial que comenzara en diciembre de 2018, en la que los ataques se han recrudecido: Desde la masacre ocurrida en Minatitlán la noche del 19 de abril de 2019 donde 14 personas fueron asesinadas mientras celebraban una fiesta de cumpleaños, pasando por la masacre de la familia LeBarón el 4 de noviembre de 2019; hasta el asesinato en Sonora del candidato Abel Murrieta mientras hacía proselitismo la tarde del 13 de mayo de 2021 para las elecciones, llamadas las más grandes de la historia moderna de México, a llevarse a cabo el 6 de junio de 2021.
Así, entre sangre, venganzas, golpes bajos, asesinatos, se ha ido construido nuestro país. Durante esos dos siglos de existencia nuestra sociedad y sus conflictos ha permeado en los mexicanos, y por ende en nuestros artistas, intelectuales, escritores y poetas. Por ello tenemos que preguntarnos: ¿Cuál ha sido la influencia de escritores y escritoras en el pensamiento de la sociedad mexicana desde 1821? Pensemos en Miguel Hidalgo y sus lecturas, en Morelos y su formación cultural. En Josefa Ortiz de Domínguez, tanto como en Leona Vicario y Andrés Quintana Roo. En Francisco Zarco emparentado con Adolfo López Mateos, Ignacio M Altamirano, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez también ascendiente de López Mateos, Alfonso Reyes hijo Bernardo Reyes general de Porfirio Díaz, Martín Luis Guzmán, Mariano Azuela, Daniel Cosío Villegas, Octavio Paz y su abuelo Ireneo Paz que en un duelo diera muerte a Santiago Sierra, hermano menor de Justo Sierra Méndez; así como Carlos Fuentes, Héctor Aguilar Camín, Gabriel Zaid y Enrique Krauze, por lanzar algunos nombres ¿Su trabajo intelectual y creativo, sus ficciones y su lírica han formado parte del constructo social o del pensamiento político de los mexicanos?
¿Y en la actualidad? ¿En este 2021? El trabajo literario, la ficción literaria, la construcción de historias, el lirismo, la poesía, ¿reflejan la sociedad y sus necesidades?, ¿acaso son un espejo de la vida cotidiana de su época, de sus estructuras sociales? ¿el trabajo de los escritores considera la lucha por la libertad, por la equidad de género, consideran el tema pro aborto, las libertades sexuales, el machismo exacerbado, el feminismo, la diversidad sexual, el matrimonio entre personas del mismo género, la contra cultura sexual, el ecofeminismo, el desarrollo sustentable, la corrupción imperante, la falta de tolerancia al otro, los avances científicos? Nuestros narradores, dramaturgos, poetas, ensayistas, promotores de lectura, libreros, editores, ¿influyen con su trabajo en el pensamiento político y cultural de los mexicanos y mexicanas, en la construcción o deconstrucción del tejido de nuestras sociedades?
Para poder responder a estos cuestionamientos siempre será bueno revisar nuestra historia, la historia de nuestros escritores y sus relaciones con los otros, con la sociedad en la que les tocó vivir.
La sociedad mexicana en el siglo XIX, durante el Segundo Imperio (1864-867), definitivamente no es la misma sociedad del Porfiriato, ni la que vivió durante el Maximato (1928-1934). Tampoco es el mismo México desde el 17 de octubre de 1953 en que la mujer mexicana ganó el derecho a votar en las elecciones de México, o de los mexicanos nacidos en el año 2000 (que hoy son mayores de edad), cuando la “incipiente democracia mexicana” lograra alternar la presidencia de la república luego de 70 años de gobiernos emanados del PRI.
Revisaremos, de manera muy breve y concisa, cómo los escritores mexicanos, fueron construyendo asociaciones, filiaciones, grupos culturales, medios impresos para comunicar sus pensamientos, apoyados por los avances científicos que tenían a su alcance: desde la aparición de la imprenta en la Nueva España en el año 1535-37 (durante el México colonial), y recordando lo que el crítico José Luis Martínez escribiera: “Desprovisto en los primeros años de nuestra prensa de órganos propios, el periodismo literario nació como un parásito dentro de las publicaciones de otra índole, noticiosas o políticas”, que en la época porfirista las revistas alcanzarían su edad dorada y el escritor, por fin, podría ser escritor, es decir, podría dedicarse primordialmente a escribir”.
Desde ese siglo XIX y hasta el 20 de julio de 1989, cuando la Universidad Autónoma de México (UNAM) efectuó su primera conexión a Internet, las cosas han ido cambiando para los escritores nacidos o radicados en México, hasta nuestras épocas en que la aparición del programa para documentos denominado PDF (Portable Document Format por sus siglas en inglés), creado por John Warnock el 15 de junio de 1993, que vino a revolucionar la forma de intercambiar libros y lecturas entre los mexicanos y gran parte de los habitantes del planeta.
Y ha sido la aparición del internet, de los procesadores de textos semiautomatizados, lo que ha permitido la edición de libros, revistas virtuales, revistas en PDF, eso tiene que sumarse a las redes sociales (Facebook, Twitter, entre otras) los que han multiplicado de manera exponencial la aparición de nuevos escritores, nuevos proyectos culturales y nuevos grupos literarios a lo largo de México y del mundo.
Pero vamos por partes, revisemos los cimientos de las agrupaciones literarias en México:
Siglo XIX.
Academia de Letrán (1836-1856).
Se definen como deliberadamente mexicanos.
José María Lacunza – Guillermo Prieto (fundadores)
Participaron. Andrés Quintana Roo – Fernando Calderón y Beltrán – José María Roa Bárcena – Manuel Carpio – Manuel Eduardo de Gorostiza – José María LaFragua – José Joaquín Pesado – Ignacio Ramírez “El Nigromante” – Ignacio Rodríguez Galván.
Ignacio Ramírez fue maestro de Ignacio M. Altamarino, y éste le pasó la tarea y responsabilidad sobre la educación, cultura y letras al maestro Justo Sierra Méndez.
Liceo Hidalgo (1849 – 1893)
Representativos del segundo romanticismo mexicano. Literatura nacional.
Francisco Zarco (fundador y principal animador). Ignacio Manuel Altamirano (se convirtió en el mentor y guía de casi todos los jóvenes de finales del siglo XIX).
Manuel María Flores – José Tomás de Cuéllar – Luis G. Ortiz – Justo Sierra – Vicente Riva Palacio (el 24 de septiembre de 1885, Riva Palacio fue nombrado su presidente) – Francisco González Bocanegra – José María Tornel – Laureana Wright de Kleinhas – Marcos Arróniz – Emilio Rey – Francisco Pimentel – Alfredo Chavero – Isabel Prieto de Landázuri.
Revista “La Ilustración Mexicana” (1851-1855)
Semanario “El Renacimiento” (enero-diciembre de 1869, primera época y enero-junio de 1894 segunda época). “Para el arte no debe haber fronteras. Todo el que tenga algo que decir podrá hacerlo desde las columnas de este semanario de nombre simbólico”.
Sociedad Netzahualcóyotl (1868-1874)
Cuando comenzó las edades de sus integrantes iban de los 15 a los 20 años.
Manuel Acuña (líder del grupo) – Agustín F. Cuenca – Francisco G. Cosmes – Alfredo Higareda – Francisco Ortiz – Miguel Portillo – Rafael Rebollar – Javier Santa María – Pablo Sandoval – Gerardo M. Silva – Juan de Dios Peza – Ricardo Ramírez (hijo de El Nigromante). Laura Méndez, de manera extra oficial.
Apadrinados por Ignacio M. Altamirano. Otros mentores: Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto. Por lo que los integrantes de esta Sociedad suscribieron el programa literario nacionalista y laico de sus mentores. Fue una generación posreformista, posromántica, intelectual, urbana, clasemediera con tufos aristocráticos, mestiza, cientifizante, modernizadora, universitaria, oradora, política. Revista: “El Anáhuac” (editor Manuel Payno)
Liceo Mexicano (1885-1893)
Luis González Obregón (fundador) – Ángel del Campo (Micrós) – Ezequiel A Chávez – Manuel Mangino – Alberto Michel – Adolfo Verduzco y Rocha – Genaro García
Revista: El Liceo Mexicano. Ensayaron el romanticismo patriótico y dulzón heredado por la generación precedente. La retórica no se modificó gran cosa; subordina la ficción a lo moral con pretendida sutileza y la historia es análisis de costumbres y reflexión sobre lo nacional.
Paso al Modernismo. (1890-1925)
Modernismo Mexicano. Surgió a finales del s. XIX. Buscó la renovación de los valores estéticos occidentales. Queriendo asimilar a: Baudelaire, Verlaine y Mallarmé (decadentistas). Se levanta contra: Ignacio M Altamirano, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto y Vicente Riva Palacio, y su proyecto cultural nacionalista, igual contra la literatura al servicio del pueblo y contra la cultura nacionalista. Quiere Liberar Al Arte de compromisos sociales y políticos. Aspira a ser cosmopolita / universalista. Identidad Cultural con el Mundo Hispánico.
Ese decadentismo se aprecia en: incertidumbre religiosa, el erotismo y las representaciones de la nueva mujer y del hombre decadente, mediante el sentimiento de implícito en la etimología del término. De esta forma podemos considerar al modernismo mexicano como un movimiento que aporta importantes luces a la historia de la estética mexicana y a los modos de construcción de la imagen de “lo mexicano”, como una corriente original y peculiar puesto que su relación a la imagen es menos sacralizada y más libre que en los periodos anteriores y posteriores. Con este movimiento los artistas y los intelectuales del cambio de siglo muestran un sincero interés en entender y posicionarse ante tres fenómenos mayores a los que se ven confrontados: la realidad de su época, por lo demás problemática y sujeta a fuertes cambios (urbanos, demográficos, científicos y tecnológicos); el enigma social, cultural e histórico que les produce la joven nación “mexicana” (y su contraste con el temible avance de la vecina “civilización técnica y comercial” estadounidense.
El artista ya no debe buscar agradar al público o hacer una obra “bella”, sino buscar la fusión de la persona con la obra.
Revista Azul (1894-1896)
La primera etapa de la revista duró casi dos años y medio: del 6 de mayo de 1894 al 11 de octubre de 1896; en este periodo se alcanzaron a producir 128 números, en los que se incluían no sólo literatura mexicana, sino también literaturas hispanoamericanas, modernas y contemporáneas. El color azul estaba relacionado con la libertad y la belleza, las cuales eran necesarias para llegar a la felicidad. Propone una búsqueda de la belleza guiada por los valores estéticos, normas de vida y convivencia social. La Revista Azul fue considerada el modelo de revista que los decadentistas anhelaban tener.
El final de la primera etapa de la revista ocurre debido, primeramente, a la muerte de Nájera el 3 de febrero de 1895, y posteriormente al retiro del apoyo económico del Partido Liberal.
Dirigida por Manuel Gutiérrez Nájera y Carlos Díaz Dufoo.
Luis G. Urbina – Lázaro Pavía – Ángel del Campo
Lograron meter a la revista colaboraciones de Rubén Darío, Juliá del Casal, José Martí, José Asunción Silva, y poetas mayores de México: Justo Sierra, Salvador Díaz Mirón y Manuel José Othón.
Hubo una segunda época de la revista: de marzo a mayo de 1907, dirigida ahora por Manuel Caballero.
Revista Moderna (1898-1903).
Juan José Tablada, quien estuviera casado con Evangelina, hija de Santiago Sierra Méndez, el hermano de Justo Sierra.
Amado Nervo, Jesús E. Valenzuela, Jesús Urueta, Alberto Leduc, Rafael Delgado, Ciro B. Ceballos, Bernardo Couto Castillo, Francisco M de Olaguibel, Balbino Dávalos, Julio Ruelas (pintor).
El Modernismo estableció la primera influencia literaria del siglo XX, con La Revista Moderna de México (1898-1903 y 1903-1911); (y de 1890 a 1925 en el arte).
La poesía modernista se renovó con la obra de José Juan Tablada (1871-1945) y Ramón López Velarde (1888-1921); este último descubriría la provincia con sus poemas y, para algunos, marcaría la transición entre el modernismo y las nuevas vanguardias
Siglo XX
Ateneo de la Juventud (1909-1912)
Tuvo su continuidad con los planteamientos literarios y filosóficos del Ateneo de la Juventud (1909-1923); cuyos representantes buscaban romper el cerco intelectual que el Positivismo había impuesto en los estudios superiores de México y la imitación servil de Francia. Sus integrantes volcaron su interés por la cultura humanística, mostraron un profundo americanismo con conocimiento y estudio de la cultura mexicana, además de una pasión por la cultura clásica y el pensamiento universal. Una de las figuras relevantes fue Alfonso Reyes (1889-1959).
Justo Sierra – Alfonso Reyes – Pedro Henríquez Ureña – Jesús T Acevedo – Isidro Fabela – Antonio Caso – Alfonso Cravioto – Julio Torri – José Vasconcelos – Efrén Rebolledo – Diego Rivera.
Ateneo de México (1912-1923)
El 25 de septiembre de 1912, se nombra presidente del Ateneo a Enrique González Martínez y se transforma en El Ateneo de México, una de cuyas iniciativas fue la fundación, el 3 de diciembre de 1912, de la Universidad Popular Mexicana cuyo primer rector fue Alberto J. Pani y sus colaboradores cercanos Alfonso Pruneda y Martín Luis Guzmán. Esta organización dura hasta 1922. El Ateneo se desintegra en 1923.
Recordemos que en 1921 se funda la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Sociedad de Conferencias y Conciertos (1916-1925)
Para impulsar la vida cultural de esos tiempos; creada en 1916 por la llamada generación de los Siete Sabios: Antonio Caso (1896-1970), Antonio Castro Leal (1896-1981), Vicente Lombardo Toledano (1894-1968), Manuel Gómez Morín (1897-1972), Alberto Vázquez del Mercado (1893-1980), Teófilo Olea y Leyva (1895-1956) y Jesús Moreno Baca, quienes intervinieron posteriormente sobre la nueva realidad que impuso la Revolución y actuaron como dirigentes académicos, funcionarios públicos, jueces, ministros o líderes políticos.
Estridentismo (1922-1927)
La renovación del modernismo fue obra de un grupo vanguardista; que integraron, de 1922 a 1927, lo que se ha llamado la corriente estridentista, a través de sus obras publicadas en las revistas Actual, Irradiador y Horizonte. El estridentismo rescató matices del futurismo italiano que buscaba romper con la tradición, el pasado y los signos convencionales; consideraba como elementos principales a la poesía, el valor, la audacia y la revolución, exaltaba lo sensual, nacional y guerrero, la adoración de la máquina y el retrato de la realidad en movimiento, promovió una devoción a la tecnología y a la vitalidad existente en las urbes; que hizo su aparición en la posrevolución mexicana, durante los gobiernos de los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco E. Calles. Germán List Arzubide – Manuel Maples Arce – Salvador Gallardo – Luis Quintanilla – Arqueles Vela
Revista Ulises (1927-1928)
Salvador Novo la promovería, tomando el título de la novela de James Joyce, publicada en 1922; y con ella afianzaría el conocimiento de la vanguardia europea. Divulgando a escritores franceses y de habla inglesa. Antonieta Rivas Mercado (1900-1931), hija de don Antonio Rivas Mercado, el arquitecto que erigió la columna del Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, sería la figura femenina del proyecto, y posteriormente mecenas del grupo Los contemporáneos.
Revista Contemporáneos (1928-1931)
Surgen en el contexto de un México devastado por la Revolución, que les ha quebrantado y sumergido en el escepticismo, ante el fortalecimiento del militarismo y la demagogia nacionalista en el país. Se dispersaría a los autores de generaciones anteriores a diversos exilios, lo que provocó una grave fractura en el proceso generacional, con un estancamiento cultural resultado de los conflictos bélicos.
Procurarían, como discípulos de Reyes y López Velarde, recuperar la tradición poética hispánica, opacada por la irrupción galicista, con curiosidad por lo que sucedía en el mundo literario europeo y latinoamericano, que se vertió en los materiales de la revista. Hacen a un lado la obra y fama de Manuel Gutiérrez Nájera.
Con este grupo cobra fuerza la tendencia cultural que aportó una visión plural y cosmopolita a la cultura mexicana, contraria al populismo y vinculada al socialismo, que predominaría en el país al amparo de los gobiernos revolucionarios, en especial por el de Lázaro Cárdenas.
En su época su trabajo fue opacado por injustas acusaciones de extranjerismo, falta de compromiso con la realidad nacional y ausencia de virilidad en su propuesta estética. Al avanzar la década de 1930 se radicalizará la poesía y la crítica literaria, que conducirá a la desbandada del grupo.
Salvador Novo – Xavier Villaurrutia – Jaime Torres Bodet – Gilberto Owen – José Gorostiza – Carlos Pellicer – Bernardo Ortiz de Montellano y Jorge Cuesta quien se suicidara en el año de 1942, minutos después de completar “Canto a un dios mineral”, un extenso poema metafísico heredero de la tradición del “Primero sueño” de Sor Juana Inés de la Cruz.
Los refugiados españoles que huyen de la Guerra Civil fundan la Casa de España en México (20 de agosto de 1938), que se convertiría luego en el Colegio de México.
En 1934 se crea el Fondo de Cultura Económica.
Casa de España en México (1938-1940)
En estos años la producción literaria en México se vio incrementada con la obra de intelectuales españoles, desterrados en México al finalizar la Guerra Civil Española, quienes fundarían la Casa de España en México el 20 de agosto de 1938 a iniciativa de Daniel Cosío Villegas, el actual Colegio de México (COLMEX) vigente hasta nuestros días.
Mientras que en 1936 se funda el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y en 1946 el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), ambas instituciones descentralizados de la SEP fueron los primeros intentos para crear un organismo estatal dedicado a atender las cuestiones culturales.
Taller Poético dio lugar a Taller (1938-1941).
Continúa con los esfuerzos modernistas de divulgación literaria. Fundada por Octavio Paz (1914-1998) y Rafael Solana (1915-1992).
En una época en que sobresalía el nacionalismo y realismo socialista, proclamaron la libertad del arte, no hicieron poesía política y se opusieron al arte de propaganda para afirmar la libertad de la literatura. Efraín Huerta – José Revueltas – Carmen Toscano.
Las contribuciones a la poética de Octavio Paz y Efraín Huerta mostraban espontaneidad, calor humano y ofrecían una experiencia total del mundo acorde con las ideas sociales en boga, al mismo tiempo que confrontaban sus experiencias personales contra la ciega fatalidad, en un reconocimiento del desamparo humano.
Revista Tierra Nueva (1940-1942)
Dirigida por Jorge González Durán, José Luis Martínez, Alí Chumacero y Leopoldo Zea.
Revista Cuadernos Americanos (1942-1986)
Coordinada por los intelectuales nacionales Alfonso Caso, Daniel Cosío Villegas, Mario de la Cueva, Manuel Martínez Báez, Alfonso Reyes y Jesús Silva Herzog; además de los españoles Pedro Bosch Gimpera, Eugenio Imaz abuelo de Carlos Imaz Gispert, quien hasta 2016 estuviera casado con Claudia Sheinbaum. Otros que participaron en la revista son Juan Larrea y Agustín Millares.
En ella divulgarían una multitud de ensayos en varios campos de especialización, como la literatura y antropología, incluyendo temas de economía, medicina, historia y sociología.
Grupo Hiperión (1948-1952)
Tomó su nombre del mito griego sobre el hijo de la tierra y del cielo, encargado de unir lo concreto y lo universal. La preocupación del grupo eran los temas de la filosofía contemporánea y su divulgación, cuyas inquietudes giraron sobre el ser del mexicano, su relación con la cultura y sus posibilidades.
Leopoldo Zea – Emilio Uranga – Jorge Portilla – Luis Villoro -, Ricardo Guerra – Joaquín Sánchez McGregor – Salvador Reyes Nevares
Generación de Medio Siglo (1950-1960)
Término utilizado por Enrique Krauze para para abarcar a las personas nacidas entre 1921 y 1935.
Tomás Segovia – Huberto Batis – Juan García Ponce – Juan Vicente Melo – Salvador Elizondo – José de la Colina, entre otros, que participaron en la Revista Mexicana de Literatura; quienes no sólo desarrollarían una obra propia, sino también una labor crítica.
Centro Mexicano de Escritores (1951-2005)
Creado por Margaret Shedd, otorgó becas a través de la Fundación Rockefeller. Sirvió como promotor de grandes figuras de la literatura mexicana como Juan Rulfo, Juan José Arreola, Emilio Carballido, Sergio Magaña, y potenció la novela mexicana dándole un sello de autenticidad frente a la escritura internacional.
El experimento fue prolífico y longevo, y aunque no estuvo exento de desequilibrios, perduró hasta 2005. Estuvo expuesto a la polémica por la financiación de la Fundación Rockefeller conseguida gracias a las relaciones diplomáticas del esposo de Sheed (quien fue funcionario del gobierno estadounidense) con esta trasnacional, que a su vez vio con buenos ojos financiar estos proyectos culturales, como una forma de ganar terreno y simpatías en América Latina.
No podemos evitar recordar que en 1965 Robert Kennedy propuso como primer “contraveneno” a la revolución que veía estallar en América Latina, que era necesario por parte de los Estados Unidos de América: “El intercambio de intelectuales y estudiantes entre los Estados Unidos y América Latina”, con la apertura de recursos económicos, inscripción a escuelas y universidades, que consoliden el pensamiento norteamericano en los “intelectuales mexicanos”.
Uno de los grandes objetivos del CME consistió en rescatar la mexicanidad de la novelística mediante una renovación del aspecto estético y estilístico, es decir, los lenguajes y los temas de las letras de la época.
Revista Mexicana de Literatura (primera época 1955-1957)
Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo dirigieron la primera época de la Revista Mexicana de Literatura, que comenzó a circular en la Ciudad de México en el bimestre correspondiente a septiembre-octubre de 1955 y terminaría de hacerlo dos años después, con el número 12, correspondiente a septiembre-octubre de 1957.
La Espiga Amotinada (1960-1970)
En 1960 el Fondo de Cultura Económica publicó La espiga amotinada, que reunía cinco poemarios de escritores jóvenes: Puertas del mundo, de Juan Bañuelos, La voz desbocada, de Oscar Oliva, La rueda y el eco, de Jaime Augusto Shelley, Los soles de la noche de Eraclio Zepeda y El descenso de Jaime Labastida. Cinco años más tarde, el mismo grupo publicó un segundo libro, Ocupación de la palabra. En esta segunda muestra Bañuelos presenta Escribo en las paredes; Oliva, Áspera cicatriz; Shelley, Hierro nocturno; Zepeda, Relación de travesía y Labastida, La feroz alegría.
Generación del Crack (1966)
Las siguientes son sus características principales: una literatura compleja y de mayor exigencia formal, estructural y cultural. Una narrativa dislocada o desubicada del espacio y tiempo mexicanos. Experimentos lingüísticos bastante aventurados, algunos más que otros, y novelas polifónicas, es decir, no lineales, con muchas voces narrativas. Esta generación de narradores tenía entre sus características el no imponer propuestas ni admirar a nadie; el aceptar la heterogeneidad de sus miembros como un aglutinante; el no ser un grupo de escritores sino el estar agrupados en bloques que comenzaban a definirse; el haberse formado todos en el sistema de taller.
Está integrado por Ignacio Padilla, Jorge Volpi, Eloy Urroz, Pedro Ángel Palou, Ricardo Chávez Castañeda y Vicente Herrasti.
Revista Plural (1971-1976)
En la aparición de Plural condensa Octavio Paz, como en ningún otro momento, lo que había iniciado, como editor, en sus años juveniles en Barandal, después en Taller Poético, Taller, El Hijo Pródigo y en la Revista Mexicana de Literatura. Paz la concibe bajo el auspicio del periódico Excélsior. Esta polémica revista constó de cincuenta y ocho números. Fue concebida desde su inicio para llegar al gran público que luego de 1968 había venido creciendo y desarrollándose como un público inteligente y exigente, responsable y alerta
Infrarrealismo (1975-1983)
Es un movimiento fundado en el México, Distrito Federal, en 1975 por un grupo de veinte poetas jóvenes, entre los que se encontraban Roberto Bolaño, Mario Santiago Papasquiaro, José Vicente Anaya, Rubén Medina, Ramón Méndez Estrada, José Rosas Ribeyro y Darío Galicia. Los infrarrealistas, también conocidos simplemente como «infras”, tomaron como consigna la frase de Roberto Matta “habremos de volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial”. Más que por un estilo definido, el movimiento se caracterizó por la búsqueda de una poesía libre y personal, que representara la postura de sus miembros ante la vida, al margen de las convenciones sociales, de manera parecida a lo que hicieron los poetas de la Generación beat de los años 1950.
Revista Vuelta (1976-1998)
Fundada y dirigida por Octavio Paz: continuadora de su revista Plural y progenitora de Letras Libres. Fue editada con el apoyo económico del periódico Excélsior.
Fundación de CONACULTA
El 7 de diciembre de 1988, el gobierno de la República Mexicana, cuyo presidente era Carlos Salinas de Gortari, publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación en donde declaró la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en un intento de darle mayor independencia al sector cultural. En 1989 se crea el Fondo para la Cultura y las Artes (FONCA) que serviría para fomentar y apoyar la creación artística dentro de un proceso de “liberalización”, concepto que Tomás Ejea Mendoza define como: un proceso de modernización de la política cultural en México que, si no es meramente autoritaria, aún está lejos de poder considerarse democrática, pues ante el presidencialismo imperante era necesario que se abrieran espacios para la participación de actores no gubernamentales siempre y cuando estuvieran acotados a determinados límites y no rebasaran las prebendas ni las capacidades de decisión del Ejecutivo Federal.
Conclusión
La historia de México es también la historia de sus luchas políticas, sus guerras, y sus escritores (poetas, novelistas, cuentistas, dramaturgos, guionistas, ensayistas, filósofos) así como de editores, promotores culturales, maestros y la sociedad en general. Luego de esa pequeña reflexión, deberemos concluir con Octavio Paz en que: el tejido de la literatura se debe a la acción de “pequeños grupos que se manifiesta por medio de sus intervenciones directas en casas editoriales, la gestión de antologías y la presencia constante en revistas literarias; de pequeños grupos cuya cohesión depende de la amistad, de una orientación doctrinal común, tanto más visible cuanto dicha orientación pueda exponerse como lineamiento de una polémica en contra de otros grupos cuya autoridad se pretende desafiar, y cuya viabilidad se sostenga en los instrumentos de un mercado literario sano”.
Somos autores de nuestra propia época, y la época que nos toca vivir es una lucha constante por expandir nuestra forma de pensar. En vez de anquilosarnos, como algunas facciones políticas pretenden, dividiendo al país apenas en dos bandos (como en el Siglo XIX) los escritores mexicanos sabemos, y tenemos claridad en que eso es verdaderamente imposible en México dada la enorme diversidad y pluralidad de lecturas y opiniones que podemos formarnos gracias al acceso que tenemos a un sinfín de libros, ideas, formas de pensar; lo que ha hecho que los escritores mexicanos tengamos mucha más tela de donde cortar, muchos más espacios para la reflexión, razón por lo cual seguiremos desarrollando una existencia caótica que seguirá cayendo dentro de las publicaciones a las que tenemos acceso. Sin embargo, los escritores, tanto como los demás artistas y los científicos nacidos o radicados en México no somos la mayoría de los mexicanos, y no podemos cerrar los ojos ante esa realidad. Sabido es que el promedio de educación en México es de apenas 10.1 años, lo que significa que la gran mayoría de los mexicanos apenas tiene la educación secundaria concluida. ¿Qué significan los libros, las lecturas, las revistas, el teatro, el cine, la edición de revistas para los mexicanos y mexicanas con ese nivel de educación? Y esta es la pregunta que debe interesarnos.
Referencias
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