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LA VENGANZA ES NUESTRA POR DANIEL ROJAS PACHAS





La venganza es nuestra es el primer libro del sello Engranaje del norte de Chile, otrora taller de dibujo y fanzine que retorna en esta edición como un nutrido compilado de cómic e ilustración chilena.

Se trata de un proyecto a cargo de los ilustradores Leonela Sepúlveda y Esteban Morales, ambos gestores del proyecto y artistas que presentan su trabajo gráfico junto a otros cultores del noveno arte.




Los dibujantes provienen de diversos espacios geográficos de Chile; creadores de norte a sur que integran múltiples generaciones, tornando al libro un crisol de estilos y lecturas de la realidad. El lector podrá conocer estéticas particulares e ingeniosos mecanismos para representar el mundo a través de las viñetas.
El libro cuenta con el apoyo del Fondo del libro del Ministerio de las Culturas y las Artes de Chile y busca generar una edición compuesta por múltiples vertientes del cómic nacional, ligado al fanzine y a la publicación independiente, lejos de la mirada centralista de Santiago.



En el libro encontramos artistas abiertos a la experimentación y el uso de múltiples estilos, técnicas y discursos. Esto no es nuevo en el cómic universal e incluso nacional, sin embargo, si pensamos en las distintas provincias extremas y las publicaciones a la que estamos acostumbrados en los espacios que no corresponden a los grandes centros, podemos hablar de movilidad y riesgo.




Los autores de La venganza es nuestra representan dicha movilidad y apuesta en sus respectivos espacios, en los cuales no sólo trabajan temas territoriales, sino que además logran una obra de proyección continental, lo cual les ha conseguido importantes reconocimientos.
Hablamos de autores que forman parte del pujante campo cultural en sus respectivos territorios. El libro presenta humor gracias al trabajo de Christiano. Su obra encarna el espíritu testimonial y coloquial de la vida en Chile a fines del siglo XX.



La educación sentimental que nos provee el cine y como lo vivió la comunidad nacional en sus balnearios durante los años setenta.
Juan Vásquez genera un retrato que resalta la fuerza de las culturas precolombinas. Un cómic carente de texto, cuya energía radica en la imagen y su mensaje decolonial.
Necrotax hace un cruce entre los tipos humanos del sur, el hombre del mar enfrentado a las inclemencias del medio y rompe el realismo con criaturas fantásticas que pueblan la oscuridad.




Leonela Sepúlveda nos deleita con su arte, demostrando la gran variedad de estilos y representaciones del arte gráfico. Su historia es una aproximación poética que pone atención sobre la salud mental y la soledad.

Natalie Ortiz trabaja ilustraciones con un estilo pictórico, componiendo a partir de referentes sociales y políticos. Esteban Morales edifica una corta historia sobre el animalismo y relatos breves de alto contenido social, su estilo cercano al realismo sucio juega con la ambigüedad moral y la implosiva violencia de nuestras sociedades.



Estas propuestas se acercan a la literatura por los materiales que trabajan, leyendas y literatura latinoamericana. La obra de Claudio Rocco es una muestra del cómic strip, cercana al cartoon y de gran carga política, su contribución al libro es una ácida sátira al dictador y sus pesadillas. El arte de Iván Llanos demuestra su interpretación de una cultura del videojuego y el manga, mientras que Bastián Brauning, portadista e ilustrador expone un arte cercano al tatuaje y al graffiti con una mirada contestaria y punk.



El público al cual está destinada la edición es el juvenil. Estamos ante una obra que escapa de los límites impuestos por el centralismo y la mirada reduccionista de los grandes espacios productivos de la industria gráfica en Chile. Este libro constituye un punto de fuga y una invitación al lector.



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