Historia de mis muertos, Aída López

Aída López

 

En el centro de la mesa,

están las flores que adornan cementerios.

Mis muertas comen de su blancura

y beben el llanto de los rezos.

 

 

Aída López. (1964) Mérida, Yucatán. Estudió psicología en la Universidad Autónoma de Yucatán. Cursó el Diplomado de Creación Literaria en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) Guadalajara. Ha publicado en la antología Caleidoscopio XIII, editada por la SOGEM Guadalajara (2016) y en la revista Ahuehuete del Seminario de Cultura Mexicana en su edición marzo-abril 2016. Ha colaborado en la sección cultural de La Crónica de Jalisco con cuento. Una Minificción fue seleccionada y publicada en la antología Vamos al Circo: Minificción Hispanoamericana (2016), con respaldo del fondo editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Así mismofue seleccionada con un texto próximo a publicarse en la antología Cortocircuito de la colección ficción exprés del fondo editorial BUAP. Ha colaborado con la revista virtual Delatripa editada en Baja California. Es colaboradora de la revista virtual Ojos de Perro Azul. Actualmente es estudiante de Creación Literaria en la Escuela de Escritores de Yucatán: Leopoldo Peniche Vallado.

 

HISTORIAL DE MIS MUERTOS

 

En el centro de la mesa,

están las flores que adornan cementerios.

Mis muertas comen de su blancura

y beben el llanto de los rezos.

 

¿Qué tan blanca es Mérida después de Felipe Carrillo Puerto?

En esta ceniza tarde,

la cotidianidad duerme en el flagelado 1924

porque el 4 nos ha educado a la Mérida Blanca

como el cuarto mes del caído Pedro Infante.

Su avioneta estrelló con la muerte

y ahora su voz sobrevive en las cuerdas de los trovadores.

Porque el 4 nos ha educado a la Mérida Blanca,

como los gritos del Charras

y los dedos no encontrados

que cargan las huellas desde 1974.

Porque el 4 nos ha educado a la Mérida Blanca,

como las 4 muertas que se levantaron de la mesa

llevándose la flores entre su vientre.

En la orfandad de las casas

el llanto ha perdido contorno

porque el 4 nos ha educado a la Blanca Mérida.

 

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