Matadero
Roberto Bustamante
Aparte
Chile – 2022
por Víctor Hugo Díaz
La temática de un objeto estético, en este caso un libro de poesía, resultaría irrelevante según afirmaba JL Godard. -Es solo un pretexto –decía, refiriéndose a la importancia de la trama en el proceso de creación cinematográfica.
En esto coincido, el tema en poesía es un pretexto de escritura, aun pensando la poesía como una excusa para “no aplaudir”. Pero debo agregar que este es, al mismo tiempo, absolutamente indispensable como soporte o escenario por dónde transitar.
Así el espectador o quien lee, se deja arrastrar hasta la orilla de un recuerdo desteñido o, después de las chimeneas, desembarca en un puerto inesperado. Tal vez, en algún distante país que es el pasado, donde todo es tan extraño; aceptando llamadas perdidas, pero sin desprenderse de sus vestimentas de nómade.
Eso es lo que se experimenta al desplazarnos por las páginas de Matadero, el tercer volumen del poeta Roberto Bustamante (Chile, 1977)
Con esta publicación el autor consolida y ratifica el espesor de su escritura; es decir, materializa en obra su singularidad, su “acontecer la mirada” al habitar, en Modo duda, a través de una ciudad que podría ser todas las ciudades.
Permitiéndonos también encontrar, a la vuelta de la esquina, algunos héroes gloriosos, borrosos y legendarios, cuya disolución y decadencia en la memoria, encarnan, hasta donde el puño y el golpe alcanzan, toda inminente caducidad
Los pocos árboles no están
solo por llevar la contra
mientras el resto de la ciudad
pareciera tener otra cosa en mente
no les gusta la oscuridad
mucho menos por la noche
En ese puerto sin aduanas, se desclasifican las calles, se reinician historias; destinos que se van entretejiendo y modelando a mano, hasta desarrollar órganos, extremidades y voz.
Como mapas de ruta y diarios de vida posibles, que nos invitan a recorrerlos, fijando nuestra visión en lo que está más allá de la tinta, pero sin un plan trazado: sin viento que eleve las cosas, pero haciéndonos supersticiosos con eso de volar.
Atravesé el vidrio molido casi solo, es el grafiti que da la bienvenida desde alguna muralla de uso público, como anticipando la pregunta.
Declaraciones de este filo, se disponen a lo largo de todo el poemario, como Vía de Acceso, como señalética, que alude a un desarrollo humano truncado y a un pasado en descomposición; en una especie de Zona “Libre de Triunfo”
La ingeniería del silencio fue tragedia
//
las caries de la ciudad se reparan
pero no sanan
//
Zona de sacrificio
revolución industrial tardía
//
el refugio de la soledad a combos
//
Alguna vez la playa
tuvo olas rojas
Matadero
Mientras tanto, los viejos boxeadores todavía permanecen invictos en el ring de la memoria. Continúan entrenando de noche para mejorar la velocidad del ojo y así no ser olvidados: absorbiendo cada golpe más duro que el Tani.
Aquellos mismos obreros que denostaban a los pugilistas que no habían nacido en algún puerto. Allí siguen sentados al amanecer, esperando por años y mareas la revancha de una vida, mientras la ola en la chimenea de las madrugadas, les cae encima ruidosa y falta de respeto
cuando el golpe se entrena
se vuelve natural, perplejo
cadena de producción
De pronto un coche bomba de anchoveta y cocaína explota en el centro, en dirección de las Industrias Pesqueras. Mientras en la playa, los surfistas nocturnos desembarcan armas, mercancía y harina de tiburón falsa, aprovechando la tormenta anunciada.
En Matadero Bustamante nos deja claro, con destreza y Alta Resolución, que en poesía todo objeto y experiencia están disponibles a ser destituidos de sus propiedades funcionales, para ser reasignados en una posición simbólica única, intensa y vital, a manera de reciclaje.
Al parecer, se trataría entonces de intentar decirlo todo, pero sin pretender hablar de nada. De forma rotunda y expresiva; a partir de un lenguaje exacto y verosímil; que se presenta o manifiesta, mediante un imaginario propio, sin anterioridad ni propósito.
Algo similar a lograr que todo el peso rotundo y denso de lo inminente, se sostuviera en la belleza de esa leve imagen, que parece apenas tocar el suelo.
Matadero corrobora e inyecta plena vigencia a la afirmación de que, como declaraba Enrique Lihn, “la poesía es lo opuesto a la representación”; solo se muestra y nos hace levantar los ojos.
Santiago de Chile, octubre de 2022
Selección de poemas
EN LA DESEMBOCADURA DE AMUNATEGUI
explotó de cocaína un coche bomba
Las esquirlas encajaron en un estereotipo
varios rostros quedaron esparcidos
siendo el Matadero su escondite
No hay más ruido
que los vecinos puercos siendo masacrados
los estallidos de las chimeneas del pescado
y una que otra inquieta banderita
sin pronunciar
MI HIJO ESTÁ EN LA PIEZA DEL LADO
porque así está construido esto
Quejarme sería volver a tenerlo lejos
y no ahí (al lado)
donde escucha su música
y escribe sobre su odio:
abro su botella de bebida
y no me lo agradece
sé que nuestro amor
crece fermentado
cierro los ojos
y recuerdo
cuando lo lanzaba hacia arriba
a los pocos meses
de su risa exagerada
cuerpo suyo
al que le llevo
desayuno
apenas me dice
sí, papá
tengo hambre
NUBLADAS ENTRAN AL MAR
despacio
las mañanas
el desconsuelo de los toros, los abuelos
un puente de pescadores y el ferrocarril
Son kilómetros cuadrados de versos
periferia de lamentos entre
industria y Coca Cola:
los migrantes
caminan a la zofri
condenando el suelo infértil
LA ESPUMA AMARILLA TRAS LA INDUSTRIA
ventosa cuadriculada
como plástico chino
elevándose en pequeños bloques de azúcar rubia
volantín de un grafiti oxidado
corroído, vuelto a pintar
las caries de la ciudad se reparan
pero no sanan
LA MADRE EDIFICÓ 3 PISOS
y las ratas abrieron nuevas rutas
como el ataque a su cartera para ir a jugar
flippers
porque el aburrimiento de los muelles
porque el alcoholismo de las baratas
Roberto Bustamante Covarrubias (Iquique, Chile, 1977). Poeta. Es responsable de la editorial Navaja y del festival MATUTE, Poéticas Transfronterizas, que se realiza en la región de Tarapacá, Chile, además de integrar el centro cultural, artístico y político MUTUAL. Es director de la revista INVENTARIO, Artes & Culturas en Tarapacá, ganador del Fondart Regional 2021-22. Ha sido invitado a distintos encuentros en torno al libro y la literatura en Chile, Perú, Bolivia y México. En el 2013 es incluido en la antología Predicar en el Desierto. Poetas jóvenes del Norte Grande de Chile, de la Fundación Pablo Neruda.
Ganador del Fondo del Libro por los proyectos Letras en Movimiento. Recopilación de escritos migrantes en Tarapacá (Cinosargo Ediciones, 2015), por el Ciclo de Escritores & Creadores del Norte, 2020 (www.cicloescritoresnorte.com) y por su poemario Matadero. Además, publicó los libros de poesía Propiedad (Navaja, 2018) y Zaïre (Sismo, 2021).