Martín Rangel
¡Cómo juega uno a estar vivo, a veces!
Salir de casa, hablar con gente.
Pintarse las uñas, ver películas en idiomas desconocidos.
Tomar vino y acariciar un perro muy peludo.
EL DINERO QUE TRAIGO NO ES DINERO SINO PROCESAMIENTO DE DATOS Y TAMBIÉN LO GASTO IRRESPONSABLEMENTE // MI CABEZA ES UN MAR EN EL QUE ME PIERDO SIEMPRE
¡Cómo juega uno a estar vivo, a veces!
Salir de casa, hablar con gente.
Pintarse las uñas, ver películas en idiomas desconocidos.
Tomar vino y acariciar un perro muy peludo.
Fumar
marihuana de pie mientras atardece al otro lado de la barda.
Ver los árboles y hablar de los árboles.
Cualquier cosa.
Esta noche es la luna mas grande que te he visto, pero son
más grandes tus ojos.
Miro el sol desaparecer detrás de tus ojos y descubro
que la barda era una excusa.
Abro Twitter y escribo:
ni marinero ni capitán
soy un océano
en el que me pierdo a propósito
Abro la aplicación de notas en mi teléfono y escribo:
Locura eres mi patria
y la maldad
(pequeñita, dolorosa como una aguja
en la piel)
que nos acecha desde el interior
a cada paso
también es alimento
moneda de cambio
naturaleza y realidad
Mirando una fuente vaciarse
Una mujer.
Escuchar
su llanto
sentirlo
en los propios ojos.
Todo el tiempo
el mismo olor
del mismo cuerpo
que sobre otro ahora será.
Una voz que no llama.
Una voz en dirección opuesta.
Una voz en la dirección equivocada.
Una mujer que se va.
La mujer
que amaste
con el filo
y a punta de metralla
se va
y la fuente se vacía
como si lo supiera.
mirando mi reflejo en la pantalla apagada del celular
realidades o irrealidades o navidades o traumas familiares (trivialidades)
las drogas te destruyen pero sólo si las dejas
muéstrame tu colección de malestares cuando te acuerdes
no existen sombras sólo sobras (abre el refrigerador por si lo dudas)
te hablo a ti pero lo mismo podría estar hablando con mis plantas
envejecer es difícil pero es peor no hacerlo
hace un año te regalé una caja con palabras y no la abriste
eran tus palabras favoritas y otras que rimaban con ellas
como a veces (peces) ni con el dolor (color) podemos (vemos)
y otras cosas por el estilo (vinilo)
la mejor parte del silencio es no tener que compartirlo
pero como quieras
hay cosas que nunca voy a entender y para qué
el sexo es excelente pero ojalá nunca nos hubiéramos querido
sigues haciendo los mejores wafles que nadie te diga lo contrario ok?
no reacciono cuando por costumbre me vuelves a decir “mi amor” porque no sé cómo
pero es algo que disfruto
igual que las calles solitarias o las fotos de mis muertos
o el insomnio o mi imagen en la pantalla apagada del celular
cuando se le acaba la batería después de una noche
de películas tristes y extranjeras
venía a decirte
que las cosas no van y vienen
se van y luego se vuelven en tu contra
la honestidad nunca es suficiente
la verdad no hace salvo herir
pero sólo si la dejas
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Martín Rangel (Pachuca, 1994) es poeta y traductor. Autor de ROJO (alb@tros, 2013), El rugido leve: las canciones de Ryan Karazija (CECULTAH/CONACULTA, 2015), emoji de algo muerto (Malos Pasos, 2015) y delirioamateur (Niño Down, 2016). Escribe la columna #fosacomún para el sitio web de Revista Marvin. Es miembro del colectivo de poesía + música BVLV FRÍV. Dirige revistatn.com.