Por Indran Amirthanayagam
Los chapulines saltan todavía en las calles
y el Tule ha pasado ya mil quinientos años,
y no sé en qué rincones y riñones de este
cuerpo extenso de la tierra has estado
caminando pero ya no hay remedio. Se dice
una vez que has comido un chapulín, estarás
regresando hasta tu entierro. Aqui escribiste
Árbol de la Muerte. Aqui te esperan
los carpinteros de la funeraria y los artesanos
de Arrazola. La tumba sera una fiesta de alebrijes
en rojo y azul y al lado del cadaver pondremos
jarras de arcilla, una cantera verde, la revista,
y unos versos escritos en la solapa de un libro
que respira todavía en la biblioteca de tu amigo.
c) 10 de abril, 2018