Por Mercedes Alavardo
El otoño se había instalado en el DéFe y esa tarde del año pasado se había puesto chula en su atardecer lento y aborregado. Congregados en una terraza se compartían el pulque, las aguas locas, los choripanes y las risas. Estaba por ahí Mauricio Torres Paredes, chileno que cargaba en la mochila un puñado de ejemplares de La rebelión de la falla, en una versión de Niño Down Editorial.
Por Mercedes Alavardo
El otoño se había instalado en el DéFe y esa tarde del año pasado se había puesto chula en su atardecer lento y aborregado. Congregados en una terraza se compartían el pulque, las aguas locas, los choripanes y las risas. Estaba por ahí Mauricio Torres Paredes, chileno que cargaba en la mochila un puñado de ejemplares de La rebelión de la falla, en una versión de Niño Down Editorial.
Atrás las jaulas de tendido, vacías y estoicas, enmarcaban la lectura medio esperada, medio improvisada, de los poemas que conforman la antología personal que Mauricio preparó para esta edición que se hizo en México ese mismo 2017.
Vuelvo ahora, desde la tranquilidad de la hamaca y en la intimidad del patio trasero de la casa, a esta Rebelión; y vuelvo a sentir la fuerza de la poesía que se escribe desde y para la calle. Y es que Mauricio es de los que escribe desde la fonética urbana, desde la prisa de las cosas que deben enumerarse y nombrarse para no terminar perdidas en el bullicio de la ciudad, como si al decirlas pudiera salvarlas de ser arrolladas por el próximo camión y dejarlas, quizá, suspendidas en el filo de las banquetas, a salvo de los peatones y del olvido.
Paloma
(fragmento)
Te quiebro si eres porcelana, te mojo si eres mimbre, te quemo si eres hierba, de vuelo si eres ave, te como si eres mujer, te acurruco si eres canción, te molesto si eres grave, te revuelvo si eres discurso, te anochezco si eres pájaro, te compongo si eres idea, te reviento si eres ventana, te soplo si eres frío, te imprimo si eres publicidad, te contemplo si eres lo que no puedo ser, te corrompo si eres espera, te alimento si eres compañía, te rebusco si eres creación, te salvo si eres palabra, te escupo si eres saliva, te desplumo si eres lengua, te evoco si eres labios, te planto si eres carta, te encamino si eres cadáver, te rezo si eres niña, te enloquezco si eres madre, te consuelo si eres matico, te fumo si eres sueños, te escribo si eres sombra, te receto si eres doctor, te espanto si eres naturaleza, te ignoro si eres blanca, te aplaudo si eres atrevida, te parto si eres la partida, te comienzo si eres la partida, te entierro si eres la partida.
Esto es parte del juego
El reloj se detiene
El teléfono marca ocupado
La radio ya no funciona
Un silbido agudo se dispersa
Encaminado hacia el fin
Esto también es parte del juego
Los almacenes en penumbras
Las calles derrotadamente vacías
Los aviones descompuestos
Un murmullo remoto e inquietante
visita a los donadores de órganos
Al parecer nada funciona bien
La canción de sanación
y la niñez no fue en vano
tampoco la adolescencia
Camino una y otra vez las calles
al parecer se ve en mi cuerpo
en mi rostro
en mi alma
los buenos días.
Con otros ojos
Esa es la luna
Este es el sol
Este es un planeta
En el que alguna vez hubo especies
Ajos oréganos ajíes
Del ají nació el calor
y dio a los rincones
la violencia necesaria
para un armónico caldo
en día frío muy frío
Hoy hace frío
Esa es la luna
Ese es otro planeta
Mira lo que hizo el Imperio con nosotros
Ahora me siento y descanso
en la virtualidad de lo aparente
En realidad
Nunca nos sentamos
Nunca he dormido
Nunca nos hemos drogado
Mira lo que hizo el Imperio con nosotros
Nunca nos pervirtieron
Nunca nos vestimos
Del ají nació el calor
De nosotros nació todo.