Me gusta la percepción que tengo de la belleza, no porque sea original sino porque es la que a mí me produce placer, y de eso se trata todo esto, del placer y la pasión.
Jesús Tlakuache (Ciudad de México, 1986). Chilango de nacimiento, provengo de un barrio popular al poniente de la ciudad; migro a Coatlinchan, la tierra de los tlacuaches, a los quince años de edad. Híbrido en constante movimiento entre el pueblo y la caótica ciudad, la cual me enseñó al silencio apreciar. Evito y huyo de los fanáticos de lo que sea, veganos, religiosos, partidistas, de los que creen en el karma, de los que creen que las cosas “pasan por algo”, yoguis, animalistas, “anarquistas”, rudos y técnicos. Amo las imágenes, fotográficas, cinematográficas, mentales, lingüísticas y corporales. No me gusta la pulcritud visual, la excesiva edición de la imagen y del cuerpo; amo las cicatrices, las mujeres que saben y no tienen pudor al eructar; amo lanzar la piedra directo y viendo a los ojos. Me gusta la percepción que tengo de la belleza, no porque sea original sino porque es la que a mí me produce placer, y de eso se trata todo esto, del placer y la pasión. Qué más podría decir un tlacuache, cara de rata, bigotes de aguamielero, antropólogo social de profesión.