La «Curva peligrosa» en el teatro para jóvenes

01 La juventud ingravida

Antonio Guillén

 

Si pensamos en la creación escénica como un desplazamiento en carretera, dentro del cual cada parada significa una obra y cada proceso creativo un sendero complejo, lleno de baches y otras dificultades, considero que el teatro dirigido a jóvenes y estudiantes (con protagonistas y conflictos de esa edad) equivale a un tramo extremadamente peligroso. Las razones son muchas, el «Teatro escolar» se ha encargado de producir un sinúmero de propuestas donde predominan (en el mejor de los casos) la enseñanza y los valores por encima del desarrollo de personajes complejos y profundos, como si el dirigirse a un público joven nos obligara a priorizar las advertencias en lugar de generar una atmósfera de identificación humana con las situaciones y fatalidades propias de la adolescencia. 

01 La juventud ingravida

 

Antonio Guillén

 

Si pensamos en la creación escénica como un desplazamiento en carretera, dentro del cual cada parada significa una obra y cada proceso creativo un sendero complejo, lleno de baches y otras dificultades, considero que el teatro dirigido a jóvenes y estudiantes (con protagonistas y conflictos de esa edad) equivale a un tramo extremadamente peligroso. Las razones son muchas, el «Teatro escolar» se ha encargado de producir un sinnúmero de propuestas donde predominan (en el mejor de los casos) la enseñanza y los valores por encima del desarrollo de personajes complejos y profundos, como si el dirigirse a un público joven nos obligara a priorizar las advertencias en lugar de generar una atmósfera de identificación humana con las situaciones y fatalidades propias de la adolescencia. Y en este sentido, antes pensaba en  Curva Peligrosa , de Pilo Galindo, como el ejemplo perfecto de todos estos lugares comunes, dado que tuve la oportunidad de verla más de una vez y con distintos grupos teatrales, gracias a que a mis hermanos, primos o sobrinos los mandaban a verla en la escuela. Es por ello que me resulta tan impresionante la puesta escénica que nos propone Sandra Félix, dónde la amenaza, enseñanza o moralina desaparecen para dar lugar a una situación real y tensa, llena de emociones que llevan a los personajes a huir o chocar, víctimas de su inmadurez y falta de preparación para resolver circunstancias adversas.

Para quienes no están familiarizados con Curva Peligrosa , es la historia de un trío de estudiantes de secundaria (Adrián, Corina y Carlos) cuyo despertar sexual los lleva a vivir una serie de descubrimientos y confrontaciones (normales para su edad) y que eventualmente los convierten en mejores amigos. No obstante, en el transcurso de su amistad Corina y Carlos se enamoran, situación que los conduce a un conflicto que está fuera de sus posibilidades resolver.

Curva peligrosa 

Sin embargo el efecto de «realidad» e identificación con los personajes es posible gracias a la perfecta sincronía de distintos elementos escénicos, no sólo a una cuestión de enfoque o de matiz, empezando por el trabajo de iluminación y escenografía de Philippe Armand, que delimita el escenario en tres secciones, evocando las paredes de cualquier escuela secundaria y que, con una extraordinaria propuesta de color y proyección multimedia nos lleva a distintos lugares sin perder la solidez de la composición base. La riqueza visual alcanza un dinamismo emotivo a partir de la luz. A la par, como cimiento o cauce que permite está maravillosa propuesta, el trazo escénico de Sandra Félix plantea un dinamismo cíclico que se vale las divisiones escenográficas para marcar un ritmo espacial, suscitando espacios de silencio, risa, comunión o tensión sin repetirse en ningún momento. Por otra parte intuyo un juego poético: el estar atrapados en los muros de la escuela como si la adolescencia fuera una prisión de la que debemos huir para sentirnos completos, plenos.

El reparto me parece muy acertado, cada personaje encarna una personalidad distinta sin perder la actitud testaruda de esa edad. Judith Cruzado  logra distintos momentos de candor y júbilo que nos sitúan entre la juventud y la infancia. También me sorprende cómo la actitud de cada personaje refleja problemas sociales dolorosos como lo son el machismo y la violencia (en el personaje de Carlos), el miedo al rechazo o la burla (en el caso de Adrián) y la fragilidad del género femenino ante los juicios e ideas de la sociedad (en el caso de Corina). En general el trabajo actoral es bueno y fluido,  no hay personajes estereotípicos ni radicales.

Y de forma paralela, la música original de la agrupación El Gabinete  emula los ritmos de moda y focaliza a través de su melodía y letras la paradoja emocional de los personajes, de la misma forma que a todos nos sucede cuando escuchamos una canción que habla de lo que nos pasa por casualidad.

En suma, Curva Peligrosa nos da una muestra ejemplar con un teatro cuya preocupación no está en el mensaje de la obra sino en la profundidad humana de sus personajes, tan ciertos como cualquiera de nosotros y por lo mismo, universales. 

Amistad


Curva Peligrosa

Libreto: Pilo Galindo
Dirección: Sandra Félix 
Diseño de escenografía, iluminación y multimedia:  Philippe Armand 
Música original y diseño sonoro: El Gabinete.
Fotografía: Alma Curiel

Con las actuaciones de: Christian CortésJudith CruzadoLuis Eduardo Yee.

Funciones: Sábados y domingos a las 13 hrs. Del 2 de abril al 17 de abril. 
Teatro Benito Juárez. Villalongin No.15, Col. Cuauhtémoc, Ciudad de México.

Compartir

Otras cosas que podrían interesarte