Corrección en carne viva

Sobre el cuento «La Holis Bolis», de Roberto Hurtado

 

En la manifestación le comisionaron para ir a un lado del carro que en la plataforma llevaría “el tubo” en donde  ”La chapis” así le decían no por chaparra, sino por sus ardientes mejillas,  acompañaría a la “Maris” y a “la Clau” que eran las que tenían mejor cuerpo y eran las estrellas del show, irían haciendo sus rutinas, a la Holis Bolis,  cuando la iban a subir al tubo, ni en el antro, si en los ensayos había una pausa, ella aprovechaba y bailaba y se deslizaba por el tubo, le gritaban burlándose, – ¡Bájate de ahí! Lo vas a doblar. Y no por nada le decían la holis bolis, pues cargaba en sus lonjas más de 90 kilos, aunque su piel era aterciopelada, de color canela claro, como si se hubiera bronceado en la playa y su cara era hermosa, limpia, casi no necesitaba maquillaje, y a la Lili, la matrona, le iba bien con ella, pues tenía su clientela.

Un día de la semana anterior, La Lili, las había citado en el antro, muchas se emocionaron, pues pensaban que ya iban a abrir después de tantos días de cuarentena, (la coma final debe cambiarse por punto y basta decir “La semana anterior”)

-Las he citado porque nos hemos puesto de acuerdo con los demás dueños y encargados de los locales de la vida nocturna en nuestra ciudad,  de que debemos hacer algo para pedir a las autoridades que ya nos permitan trabajar, mucha gente depende de nosotras y hemos acordado hacer una marcha por las principales calles, a nosotras nos tocó llevar un carro con una plataforma con el tubo para que algunas vayan bailando, sin hacer streap , ya lo conseguí con mi compadre, a otros les toco la música, contratar los mariachis, organizar las consignas y llevar volantes impresos mantas y cartulinas, a otros les toco organizar las brigadas de seguridad, así que nos vemos el sábado para salir de aquí a las doce del día, aquí las espero, a todas y todos sin falta.

La Holis Bolis iba recogiendo la ropa que se quitaban sus compañeras arriba del carro, se agacho por una blusa que se le cayó cuando vio venir a un grupo de encapuchadas, todas vestidas de negro, pensó que eran las de apoyo y seguridad pero su duda se disipo  cuando escucho gritos diferentes a las consignas estudiadas,  escucho que decían, ¡ Abajo los antros, fuera  la prostitución, muera el vicio! al incorporarse vio y escucho a sus compañeras que lloraban y corrían, de momento se quedó inmovilizada, no sabía que pasaba cuando sintió el golpe del bate en el cráneo, no fue tan contundente como para desvanecerse, pero si le provoco una herida,  la que toco con la mano que sostenía la blusa,  la que mancho, sintió que le manaba sangre, con la otra se defendió de otros golpes y con ella se agarró de la capucha y de la sudadera  que jalo y despojo a  la atacante de negro, le vio la cara y lo  reconoció, era el sacerdote de la capilla de su barrio, el que en misa le hablaba de la convivencia pacífica, del amor al prójimo, de la tolerancia y de la paz, era con el que se confesaba cada viernes primero, iba disfrazado de mujer, traía corpiño para aparentar sus formas femeninas,  miro a las demás atacantes y les noto el disfraz, eran hombres simulando ser mujeres, el sacerdote al verse descubierto se alejó corriendo y la Holis Bolis cayo desvanecida. Despertó cuando La Lili le limpiaba la cara y un paramédico terminaba de colocarle una venda en la cabeza, vio a las demás también sangrando y enardecidas, pero impotentes, llorando, escucho a La Lili diciendo, -¡ Pinche gobierno “mocho”, ya estará contento, hipócritas!

La Holis Bolis, se levantó y sin decir nada, sollozando camino rumbo a su casa por las calles vacías.

 

  1. Sintaxis y ortografía:
    1. En el primer párrafo (que es muy largo) hay frases u oraciones incidentales que es necesario separar con comas, guiones largos o bien como paréntesis. Por ejemplo: “En la manifestación le comisionaron (¿a quién comisionaron?) para ir a un lado del carro que en la plataforma llevaría “el tubo” en donde ”La chapis” —así le decían no por chaparra, sino por sus ardientes mejillas—,  acompañaría a la “Maris” y a “la Clau” —que eran las que tenían mejor cuerpo y eran las estrellas del show—, irían…”
    2. En el cuarto párrafo hay muchos verbos en pasado a los cuales les faltan comas: “…se agacho por una blusa que se le cayó cuando vio venir a un grupo de encapuchadas, todas vestidas de negro, pensó que eran las de apoyo y seguridad, pero su duda se disipo cuando escucho gritos diferentes a las consignas estudiadas, escucho que decían…”. Por cierto, aquí la palabra “escuchó” se repite. Habrá que usar otro verbo sinónimo: oyó, percibió, etc. (se escucharon gritos. Es mejor que los lectores escucháramos esos gritos y no que nos diga que eran diferentes, que la diferencia la deduzca el lector).
    3. Hay que revisar la sintaxis y eliminar muchas comas sobrantes. Por ejemplo: “La Holis Bolis, se levantó y sin decir nada, sollozando camino rumbo a su casa por las calles vacías”. Oración corregida: “La Holis Bolis se levantó sin decir nada; sollozando caminó a su casa por las calles vacías”.
    4. Son leves estas correcciones, pero importantes. ¿Es importante decir que las calles estaban vacías?

 

  1. Estructura dramática y narrativa.
    1. Principio – medio – fin. Conviene que al inicio se defina el conflicto. Decía Samperio: que se inicie con el conflicto desatado. Aquí el conflicto aparente es la necesidad de ingresos, razón por la que hacen la marcha, pero en la marcha de pronto surge otro conflicto: la oposición de la derecha conservadora y religiosa, que intenta reprimirlas. Digamos que esta es la historia subterránea. Es conveniente que esta historia subterránea aparezca desde el inicio, aunque el lector no sepa que es una historia subterránea, de modo que no aparezca súbitamente. Por ejemplo, que las prostitutas estén en misa y oigamos parte del sermón y luego que se confiesen y que veamos la cara “bondadosa” del sacerdote. Y a la salida que las saluden la “gente decente” del pueblo, esta gente que descubrirán que son los golpeadores disfrazados de mujeres.
    2. La organización no es importante que se detalle. Puede ser mucha más corta. Pero me gustaría ver detalles de la marcha y la reacción de la gente, los aplausos o bien las actitudes hipócritas de los maridos y enojadas de las esposas. De pronto, aparece la policía, una policía que no las agrede pero que tampoco las defiende cuando son atacadas.
    3. Que ellas den batalla y que en esa lucha logren desenmascarar a sus agresores, es decir, narrar la defensa heroica de estas mujeres.
    4. Creo que el desenlace no es desaliento de ellas o de una de ellas, la Holis Bolis, sino la reacción de haber desenmascarado a los agresores, es decir, qué pasa con ellos, ¿se alejan avergonzados? ¿la gente se escandaliza de que vayan vestidos de mujer? Y sería interesante que ellas quedaran como “heroínas”, es decir, que terminaran el desfile golpeadas pero triunfantes. Y tímidamente la gente empieza a aplaudir su valentía. Ya no bailan, ya no se trepan en el tubo, con dignidad muestran sus heridas, la sangre que les escurre, los ojos amoratados, los trajes rasgados…
    5. Principio: la hambruna. Tal vez van a rezar a la iglesia para que Dios les ayude en esta penuria económica de la pandemia. Y luego que vayan a la reunión de organización de la marcha. Objetivo: que el gobierno y la sociedad se den cuenta que también son seres humanos con necesidades.
    6. La marcha y la pelea.
    7. Fin: el desenmascaramiento de los agresores y la recuperación de su dignidad y, además, ganarse el favor del pueblo.
    8. Puede que no se ganen el favor, pero si la admiración de haber luchado y desenmascarado a los agresores. O simplemente darse cuenta de la bajeza de la “gente bien” del pueblo.

 

Eso es todo Roberto. Es muy importante cuidar la redacción. Saludos cordiales.

 

 

 

Roberto Hurtado Pérez Nació en Salamanca, Guanajuato, docente durante 34 años, ha publicado «Rocìo del tiempo», «Evocación del Alba», «Ver alla, lejos de la mirada» y «lastras», «De Cordoba, Argentina a Lima, Perú». participó en la «Antología internacional de poesia amorosa» editada en Lima,Perú. Editor de «Alas hojas», «Humus» y la «Bemba literata» dirige la Agencia Literaria «Espejo Humeante». Particpó en el Noveno Encuentro Internaciona de Chile «Tras las Huellas del Poeta».

Compartir

Otras cosas que podrían interesarte