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LO TRANSHUMANO EMPECINADO (PROYECCIONES DEL NUEVO CUERPO EN EL PERFORMANCE ACTORAL)


En un punto contiguo lo realizable será distinto, se asumirá posible lo impensable.
Al destino le viene bien perforaciones y modificación respecto al organismo carnoso
material, puesto que lo inmaterial como máquinas o computadoras, siguen sin sentir.
Un poema de Homero Aridjis nombra extática carnicería: mamíferos pelados, faltos
de patas, sus testas en el garfio; paisaje con núcleos blancos, es muslos, médulas
y costillas… lo abierto en canal, exhibido vía vitrinas impolutas, casi emblemas, ataja
ratones de museo, becarios de oficio cumpliendo programas o suicidas, sectarios.

Los artistas van aparte. Se consumen a sí mismos o a terceros con salsas y sal. En
la reciente Crímenes del futuro, del maestro David Cronenberg, talacheros teatreros
ya derivados, imaginan cómo aplica el arte conceptual de su porvenir e implementan
una época, gracias al desarrollo de inéditos tejidos benévolos y su manipulación en
pos de obtener goce estético. Diversas veces llegan al éxtasis ruta cortes y trances
colectivos efímeros de carácter tecnológico. Una vez incluso, les abre un profesional
que trae disparejas orejas adaptadas a la piel. Aparenta escuchar lo recóndito.

Recordemos la triste dictadura de los órganos, esa eminente actitud en don Mircea
Eliade y aquella novela existencialista La noche de San Juan. Cosido a mí, redivivo
por mi mente y mis nervios, en Dylan Thomas, se percibe desde la mano elevándose
hasta la irrupción del pelo. En Cosas bellas y sucias de Stephen Frears, por ejemplo,
un corazón emerge por un limpio retrete, alegoría brutal entre dos líquidos al estilo
Coppola-Frazer, con tajo del ente incluido en el clásico Apocalipsis ahora.

Hombres, del autor Alex Garland es cine fantástico, pero análogo concurre vil terror
anómalo, la toxicidad masculina invade más que al espacio capital un territorio físico,
instando cargas genéticas idénticas y restantes retratos bizarros. Pasa en Nosotros,
de Jordan Peele, ahí unos dobles dedican a lo siniestro. Nop conjetura una especie
gigante cual medusa galáctica que acecha un pueblo y a lo vivo. Otros dicen: es un
ángel. Imposible pensar la lindura extraterrestre, su lógica, sin embargo, se supone
basados en las posibilidades iniciadas mucho antes a Robbie o Riff Raff.

La neblina benigna en la prestidigitación de René Lavant, magia compleja de cartas
con un solo brazo, sólo eso. El cambio de máscara y ropa en la ópera China o Mirin
Dajo, sus agujeros; David Blane y demás ilusionistas mediáticos llevan más allá la
tarea, es decir lo que mueve al Zangbeto africano, asuntos de secretismo parecidos
personifican un simbolismo tradicional. Los chitases desinhiben mediante carátulas
de látex, telas y harapos referentes al Brainiac de Abel Salazar, presión social que
frena danzar tipo indio de antaño tan conchero ritual. Muy cercano Gary Thompson,
mendigo que ha estudiado a fondo las patologías, cínico y virtuoso utiliza su gentil
conocimiento en un desempeño escénico, sobre la discapacidad menor, establecido
por ternura de palabra o uso de miembros lánguidos. Es una celebridad, un experto
que ha timado a millones supuestamente cuerdos en Estados Unidos, además.

Paul Antragne, atormentado pintor, surrealista, francés avecindado y nacionalizado
mexicano, consigue con su cuadro [cristo-anticristo] una tesis hacia la reelaboración
de frustraciones y contingencia de inmersión en lo funesto. El orificio visor que surte
verdad es converso a una boca punzante, lanza fuego; en una visión cuasi cerrada
de un mesías índigo semblante, al instante, nace su opuesto imbuido por luz lunar.
Tal polivalencia o capacidad heterotópica de ciertos signos para incorporar más de
un significado ha fascinado las lentes de los cinefotógrafos y las puestas en escena
creativas o la metáfora poética. Ingresar a lo pésimo es un acontecimiento per se.

En Demasiado viejo para morir joven, de Nicolas Winding Refn, el cubano Emiliano
Díez tiene una bolsa gástrica y salud paupérrima, que de forma estoica conserva un
equilibrio, mantiene la paz de un cartel, empero la sana juventud insana deforma su
heredero, interpretado por el paisano Roberto Aguirre, un enfermo narcoespíritu que
desata la necedad violenta (y automática) por escapar al patriarca. Destructores de
consorcios. Aquí también le trozan las “garras” a Babs Olusanmokun, nigeriano acá
dilucidando al jefe de la mafia jamaicana. Gabriel Tarde propone que donde seres
humanos primitivos fueron víctimas de fieras, el remanente imponente del destrozo
se quedaba en la metamorfosis de bestias a dioses. Esto entonces normaliza el hoy.

El tapatío Gael García Bernal se convirtió a lobo digital. La transformación de varios
histriones por este método está en la serie de Guillermo del Toro y su Pinocho cósico.
Se rehusó un perfume transparente olor a césped recién podado, aguas de lluvia y
luego tierra mojada de manera campo, arroz dorado; después hoja verde, ámbares,
pues transfigura en un ser adánico a quien lo porta, se traslada en una nube propia
o burbuja emulando la trayectoria de libélula, con alas iridiscentes y estela luminosa,
chispeante. Lo diseñó años atrás Juan Pérez, aunque ya lo actualizó Céline Barel.
El grado de combinación en las plantas hace la diferencia, el mundo vegetal, sutil.

Lo incorpóreo conquista a transmisiones clandestinas arraigadas en la red, en Oliver
Assayas la muestra o Kim Ki-duk. Una cubierta con ancas y un ojo inquieto, la tierna
Marcel disfraza esta idea: esas voces grabadas y en cajas negras, obsoletas acaso.
Boris Brejcha imanta grupos de individuos en sitios exclusivos, serena, pone a bailar
por doquier. Margo Glantz, por su parte, indica que los recursos desechables deben
ser gestionados evitando caer en miserabilismo y optar mejor al sólido progreso sin
colonizar acopios. La inclinación a enredarse con los cabellos es de ella todavía.

Hubo tragedia en Seúl: una estampida cesó cientos de jóvenes vidas, evento masivo
por Halloween en un apretado callejón. Mientras tanto, en Ciudad de México ya no
habrá tumbas a perpetuidad, lo que cimienta un peligro trascendental. Dicha postura
genera el resentimiento que puede causar la proliferación del mysterium iniquitatis.
En Vesper, de Kristina Buožytė y Bruno Samper, Richard Brake actúa de inercia en
esencia e inerte, soportado, asistido afuera de secciones vitales y así goza del hijo.

Sucesos de San Juan apóstol de cabeza en el río, llenan minutos envolventes a raíz
de algunos videos experimentales que denotan entidades de información ocultas en
su acceso al gran público. Bicéfalo representa la extensión o malformación u oráculo
de aire chatarra. Conejo, Recepción y Moloc son hechos que constituyen anatomías
ausentes a múltiple nivel. Espasmo, el concepto del movimiento voluntario de masa
inmortal, esmerados matices que repasan respuesta emotiva y temor con elegantes
movimientos. Del esteta Luca Guadagnino sale a vena, con Trent Reznor al torrente,
en la tocada Huesos y todo, una chica vampira enamorada e inspirada que se come
a Timothée Chalamet. Asimismo Corazonada, Salvajada, Pastorela, inclusive Nena
melancólica truecan en autómatas, mecanismos escondidos al expandir la praxis,
el truco por suplencia para producir asombro. Adentro de la psique uno es ninguno.


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