Leer un libro de ficción nos lleva al mundo de lo imaginario, donde otras realidades son posibles, pensar el sueño o quizá pesadillas como ese contenido irreal, donde uno es todos y cada uno de los personajes, escenarios, sucesos, detalles, signos, colores, es producto de quien sueña. Así producir sueños con el poder del inconsciente lidereando suele ser un viaje a dimensiones profundas, sensibles, que en la lucha del escape algo se descifra en el acto de escribirse.
En los cuentos de este libro de Melissa, no se interpretan sueños, se escriben sueños. Se escenifica lo oscuro de su desconocido acontecer y lo luminoso de su despertar. El acto de despertar es un final no descifrado, los puntos suspensivos suelen mostrar lo continuo de las historias. Dejando al lector con la pregunta de lo que pasa al mismo tiempo en otro lugar, cercano, lejano, paralelo. No lo sabemos. La respuesta como todo sueño es el enigma. O la cosa innombrable.
En esta colección de cuentos, por un lado, percibo la imagen en movimiento de una banda de moebius, donde el transito va de un adentro a un afuera en continuidad sin percibir la diferencia, en la confusión del personaje por descifrar en qué dimensión se encuentra. Por el otro lado, también nos encontramos con la vivencia ficcionada de dos dimensiones realidad y sueño, donde se presenta la imposibilidad de contacto, dado por su paralelismo cercano e intimo pero que por su propia forma y lenguaje no se pueden tocar.
El ficcionar de los cuentos de este libro, producen en el material de los sueños que va de lo persecutorio, angustiante, la muerte, conspiratorio hasta los umbrales que muestran la figura del doble o desdoblamientos no solo como dimensiones de la realidad, sino como personaje nos encontramos también con un femenino y masculino. O incluso podríamos llamar sin género. En este sentido, percibo en mi lectura la continuidad entre la escritora, narradora, y personaje. Dando la sensación de que las fronteras se borran, se desdibujan, no existen.
A lo largo de la historia, y del descubrimiento del inconsciente diría el psicoanálisis, el sueño suele ser cumplimiento de deseo, resolución de algún dilema, toma de decisión; antropológicamente se le ha dado sentidos de significados arcaicos, primitivos o milenarios que nos presentan enigmas a resolver, los sueños vislumbran lo que no podemos ver en vigilia o con los ojos abiertos, quizá al cerrar los ojos podamos ver mejor entre los sueños.
Así el libro Realidad es paralelo del sueño de Melissa, de la misma manera, que nos hace viajar a submundos de otras dimensiones, en el imaginario de sus historias, que por cierto se hacen acompañar de ilustraciones que trazan contenidos de ensueño realizadas por la misma autora; haciendo eco y resonancia con su mirada estética, la cual me hizo imaginar algo al estilo de Alicia en el País de las maravillas, donde el tiempo tiene otras lógicas, “la abuela es la niña de la historia” “donde renacer sería posible…hay más historia por contar”, así los invitamos al acertijo que este libro será para cada lector en su propia travesía, imaginación y con ello descifrar otros contenidos animados e inanimados al estilo Realidad es paralelo del sueño. De Melissa Pasten.
Breve Semblanza
Mónica Jiménez Olmos, Socióloga y Psicoanalista, nacida en la CDMX, México, de 45 años de edad, Escritora por pasión para quien escribir en espacios de reflexión crítica y libertad es donde el proceso creativo se convierte en una afirmación de sí con estilo propio. Con inquietudes de interlocución en la búsqueda infinita de otredad y coexistencia en la diferencia. Trabajó 10 años en docencia en la UNAM, ahora es docente en la SEP. La han publicado en revistas en línea como Aion mx, Escritora y editoras mx. Red cero, Jardines de México, Revista Hatsó-Hnini y Poetripiados. Actualmente coordina la Página de Facebook de Conversatorio ético, estético y político.
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