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Poemas de Nestor Sergio Medina

La envidiable capacidad creativa de Néstor Sergio Medina se expone una vez más. Al comienzo fue hacer, investigar, profundizar distintas manifestaciones de las artes figurativas. La pintura, el dibujo, el diseño gráfico tejieron -en lo cultural e intelectual- el texto de su vida (no faltó lo dramático). Su mano hábil pintó paisajes solitarios, mares abrazados por cielos profundos, edificaciones deshabitadas, bellos desiertos y figuraciones humanas. Posee obra suya, coleccionistas de Argentina, Ecuador, Holanda, Italia, EE.UU. y México. Publicó varios libros sobre diversos temas cercanos a la política. La militancia, por la que estuvo en prisión casi cinco años en la última dictadura militar en Argentina, es una obsesión-obstinación que, según Medina, ejercerá como militante progresista a perpetuidad. Hace varios años comenzó a vincular su labor plástica con la literatura. Así nació una forma de expresión donde el color y la palabra se fusionaron para expresar su vasto mundo interior. Una vida con intensas pasiones, dolor, pérdidas, desarraigo (peor que la muerte según los antiguos), se une a una capacidad poco común de resistencia; no ha perdido nunca el sentido del humor ni la esperanza, por utópica que sea o parezca. Por naturaleza es un optimista terco de, actualmente, vida epicúrea (transcurre el 2021 y lleva 78 vueltas al sol…, como él dice). La escritura de Néstor Medina es
transparente, visceral sin dobleces ni especulaciones. Así es su nueva obra, expresada esta vez en la poesía. Su lírica no es compleja ni “difícil”. Tiene pasión, inteligencia, sensibilidad, compromiso con la vida y la humanidad.

Se sabe que los buenos poemas, como las buenas novelas, se pueden leer y releer. Dejan espacio para pensar, lugar para el placer y la sorpresa. En este caso, los poemas reunidos en SURgencias, merecen leerse más de una vez. Invitan a calibrar el eco que dejan las palabras. Motivan a permanecer con el texto entre las manos para arrullarlo, para evitar que se escapen las imágenes, que despierten los sueños y huyan. Canto a veces delicado, a veces áspero o terso, según las circunstancias (como el autor); por instantes apasionado, en otros momentos, desgarrado. Pero siempre enamorado de la Naturaleza y la Vida.



Lic. Norma López Suárez






ROBY


El mar es puro verde
en tus ojos.
Años piel con piel,
hiedra y roca.
Nos dimos totalmente,
arisca hermosa.
“No puedo vivir sin ti”
dice una canción.
Yo puedo, pero mal,
jaula de puerta abierta
tu amor sin fisuras.
Porque estoy que te quiero
y quiero,
pobre de mí en tu red.






SOLEDAD


Antes de emparejar,
de construir el nido,
de criar pichones,
viaja mucho, viaja solo.
Si te es posible, aprende,
como los peregrinos
de los viejos desiertos
o del Camino de Santiago;
una mochila alcanza.
Disfruta intensamente
cada paso, cada cosa que te asombre
por su belleza;
cada aurora, cada ocaso.
Camina, que hay maravillas.
Llena tu corazón de goces
y distingue tu aislamiento
cuando lo elijas
de cuando te es impuesto;
en ello te va el contento.
Si te acompaña Entusiasmo
amarás la soledad.






ESTILO MARWAN


Los místicos que conocen el Camino,
los psicólogos y psiquiatras,
los expertos en autoayuda,
los que siguen la Luz,
los amigos que saben,
los piadosos porque Jesucristo,
los gurúes de vario pelo,
los que buscan la santidad a ciegas,
los de sólo el amor salva,
los “profetas” mercantes
de humo celestial
a crédulos e ingenuos,
los de dietas para vivir mil años…
Para ser felices,
aún no hay recetas.






PADRE NUESTRO


Tranquilo en tu eterno sueño;
ya fuiste redimido.
Absuelto estás por la cólera
hija de tu ignorancia
que tanto daño hizo, tal vez
sin tú sospecharlo.
Nos faltó tu ternura, padre,
aunque diste mucho
o lo intentaste.
Tranquilo en tu sueño;
fuiste comprendido
(a pesar de todo)
padre nuestro que estás…






MANOS


De mis manos el dorso
es lo que miro
(volando al Sur).
Dos hermanas fraternas
de oscuro pergamino.
“Las manos de tu padre”
me han dicho a veces.
Puede ser, no recuerdo
ni constan sus caricias;
apenas las imagina mi piel.
Mis manos,
culpables e inocentes, consta,
ahora no parecen mías.
El día llegará en que las mire
y ruegue, antes del final,
que valgan sus roces
y su arte, si los hubo.






PERDEDORES


Los perdedores,
copiosa multitud,
vamos soltando miedos
y gozando lo poco ganado.

Los perdedores -auténticos-
no nos doblamos, sabiendo

que, en realidad, la Realidad
nunca pierde.
A “tontas y a locas”
buscamos la utopía
y nos quitamos las penas
como un perro las pulgas,
con naturalidad y empeño.
Es digno el perdedor
de confianza y amistad;
porfía por evitar una pérdida nueva
sin vanas esperanzas
ni envidia por los que ganan.
¡Salve, perdedores!






Semblanza




Néstor Sergio Medina, nació en la Ciudad de Córdoba, Argentina, el 8 de diciembre de 1943. Se tituló de Profesor Superior en Artes Plásticas, Diseño Gráfico e Historia del Arte en la Universidad Nacional de Córdoba de su país. Se ha desempeñado como docente y funcionario en universidades de Córdoba, Salta (Argentina) y México. Ha realizado varias exposiciones de su producción plástica en Argentina, México, Ecuador y EU (Miami). Como escritor ha publicado Tiempo de Hienas, Para leer frente al mar,
¿Te acordás Che comandante?, Eva Perón, Letras salvadas, Militancia en el exilio, Tiempo de descuento (en coautoría), Del gobierno popular al modelo neoliberal (en coautoría). Miedos, amores y odios. Prepara exposición de últimas pinturas en Espacio Cultural Gandhi de Ciudad de México. Varias de sus pinturas están en colecciones privadas de Argentina, Ecuador, México, Italia y Estados Unidos. Actualmente reside en Cuernavaca, México.

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