Buscar

Poemas de Linda Guiza (3)

 

Por Linda Guiza

 

Mirlo

Ella siempre quizo que fuera un mirlo

acicaló mis brazos para volverlos llamas

talló mis pies para ocultar sus raíces

Me hablo de planetas escondidos entre las nubes

lugares incendiados por el rumor del lenguaje

Plantó en mi pecho la vibración del relámpago

destello repartido

entre la sangre y el alma

que arde

            y apaga

Dentro de mi garganta

alojó una sílaba de sol

para que el canto no muriera a golpeteo de alas

                        Ese gorgeo temprano de pichones cristalinos

                        mecidos en las cuerdas del tiempo

Ella quizo que fuera longitud de ecos

pradera suspendida

Escalera taciturna

            un manantial de sombras

                        Y tiemblan los ojos que me miran

                        con su intensidad de remolino

                        prendida al mundo

                                               precipicio incauto

Ella siempre quizo

                        pero olvido coser

esa lluvia en mi furtiva herida

donde germinan semillas encendidas

cada vez que una palabra nace

 

 

Lluvia de árboles

Cada palabra que dijo

fue una puerta que abría hacia adentro

a veces ahí

creí encontrar

como en un baúl viejo

una oruga cicatriz

un ave promesa

Aquellos símbolos fueron una carnada silenciosa

que me llevaban hacia una jaula

de retentivas estériles

El canto se escuchaba a la hora de siempre

¿A dónde iba?

sí, el cielo se extendía a lluvia de árboles

Una día le escuche decir

mírame, no soy yo, es la nostalgia

ese mar nervioso que revienta en plegarias

Cada palabra que dijo

fue un pez volando sobre un ciego oleaje

una rama herida donde un pájaro se desangraba

cantándole a una fogata de agua

 

 

Espacios 

La noche es un puente impenetrable

podría morir entre los pórticos

tratando de huir de la tristeza del mundo

Escucho el crujir del tiempo en la presencia de las casas

en sus paredes el clamor de las heridas

no hay nadie ya                  solo  el desgarro

con su ruido de búfalos en los mosaicos

ondas caudal en los armarios

ruedas sangre en el murmullo de los zapatos

¿A dónde se supone que se han ido todos?

Yo voy precipitándome

habito sus espacios como queriendo encontrar un asidero

mis pies son agujas que se divierten con el perfume del ocio

lanzas de sol que bailan entre los árboles

Son las hojas mujeres que gritan

y envían mensajes al mar

lengua del universo

En mis tobillos la marea del asfalto

hunde mis huellas en un tragaluz

Estoy aquí

solo hablando y

escribiendo sé quien puedo ser

Yo soy la resonancia

mi voz es el lamento de la rendija

el calvario del hueco

el quejido en la grieta

Mi voz es la herida

el pulso en el pecho

que el escombro apagó

Soy los rincones

y sus bocas

el canto de sus puertas

la tonada de sus faroles esferas

Soy el sonido de sus huesos rotos

en las manecillas del reloj

Todo esta detenido

            hasta la prosa

pero el tiempo sigue vivo  

            nada duele   ni espanta

A lo lejos un pensamiento mira tras la ventana

su espíritu en voz baja me dice: duerme

aquí así   se vive     se ama         se muere

entre el llanto de las hojas

            entre el canto de nuestros muertos

 

Linda Guiza. Poeta y escritora. (Ciudad de México, 1977). Actualmente estudia la carrera de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. (UACM) Fundadora y coordinadora del Festival de Poesía en el Metro “Poesía y Movimiento” (2008-2012) Festival de Poesía “Marabunta” y “21 poetas en primavera” (Roma – Condesa, 2010). Su obra ha sido incluida en el primer libro de Video-poesía en México, “Ecos de la imagen” (2008), en el libro conmemorativo de la Feria del Libro del Zócalo “Cada chango a su mecate” compilación del maestro Hugo Hiriart. (2011) En diversas antologías y revistas literarias como Así Nacieron, Poesía Cero, Cupido Internauta y Literal, esta última, publicación auspiciada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Compartir

Otras cosas que podrían interesarte

Inopia de José Hernández

He despilfarrado el arcoíris.Las golondrinas que tenía destinadas a varios poemasestán en números rojos.Mi cuenta de atardeceres está congelada.Le debo

Leer Más