Por Gabriel Mosches
Un continente hundido
Una tierra destruida
Una guerra entre hermanos
La historia se repite
Miles de muertos procreados por la sinrazón
Danza de lluvia acida
Vibrantes ríos de sangre
Suicidio colectivo a pesar de nosotros mismos
Lágrimas radioactivas mojan las cenizas amargas de las mentes desmembradas
Los sentidos florecientes son la llama de la vida
La luz de vida ilumina las entrañas de los que aún respiran
Salto al vacío del desconcierto
El destino se desliza hacia lo desconocido
Misterios sin resolver que nos enseñan
un posible pasado surgido de las estrellas, de las luchas, de los sueños
de seres de piel azul y sangre transparente.
En la isla de Taiwán, La diosa Matzu es una de las más veneradas. Es protectora de los pescadores, Murió ahogada intentando salvar a su padre que era pescador. su grandeza en esta isla surge de que ayudó a los inmigrantes en su llegada mientras atravesaban los mares tormentosos que separan a la isla de la península china. Pobre tierra taiwanesa, reconocida por muy pocos es continuamente violentada y menospreciada por el imperio chino. Para poder sobrevivir ya que es la guardiana de los secretos de la antigua china debe aliarse con el imperio gringo. Sin su ayuda, básicamente en compra de armas y de promesas de alianza otorgada por la importancia de su posición geográfica, la isla de Taiwán ya hubiera sido conquistada y con ello destruida gran parte de sus tradiciones milenarias y la posibilidad de cierta libertad de pensamiento que todavía poseen sus habitantes. Pero aquí lo interesante no es tanto hablar de su situación desesperada políticamente hablando sino de sus tradiciones que todavía mantienen a pesar del materialismo tanto chino como occidental.
La presencia del fuego en todos los templos e incluso fuera de sus casas y negocios es muy visible. Prenden unas pequeñas fogatas en las que introducen incienso y papeles para atraer la buena fortuna y alejar a los malos espíritus. En los templos cuando piden sus deseos queman largos inciensos y ese papel con incienso. Yo pensaba que era el fuego él que permitía el contacto con los dioses y espíritus pero me equivocaba. En realidad es el humo el mensajero que eleva el pensamiento de los vivos a los seres invisibles. En numerosos templos taoístas los monjes son médiums, ellos ofrendan su cuerpo a los espíritus y seres invisibles para que puedan responder a las preguntas y anhelos de los seres encarnados. Asimismo en los bailes sagrados que se ofrecen a los dioses, los bailarines entran en un estado de trance permitiendo que los dioses y espíritus controlen sus cuerpos durante las ofrendas y peregrinaciones. El contacto entre los dos mundos está increíblemente presente en estas tierras.
Gabriel Mosches es artista multidisciplinario, escritor, director y actor de teatro físico ha dirigido y actuado en variadas obras de teatro. Nacido en 1981 es un viajero empedernido, ha recorrido las colinas, playas y montañas del continente americano, europeo y asiático. Licenciado en Filología Románica es un apasionado de los idiomas y con la maestría en pedagogía en lenguas romance, se dedica, asimismo, a la enseñanza de las lenguas y sus culturas.