Y vino la muerte a dormir en el Parque de Santiago

Jorge Manzanilla Pérez


Las palabras están llenas de noche,
el agua reposa y bebe el silencio.
Hay tanta metáfora regada entre el columpio
y mi padre no sale de la iglesia.
En su nombre se filtra la humedad
y va borrando su infancia.
La lluvia se va llevando a mi padre,
ya casi no lo escucho, ya casi no lo veo.

Jorge Manzanilla Pérez

Las palabras están llenas de noche,
el agua reposa y bebe el silencio. 
Hay tanta metáfora regada entre el columpio
y mi padre no sale de la iglesia.
En su nombre se filtra la humedad
y va borrando su infancia.
La lluvia se va llevando a mi padre,
ya casi no lo escucho, ya casi no lo veo.

 

En el Parque de Santiago los nombres siempre se filtran

y nos duele algo, que debe estar en algún bocado de la vida.
La iglesia vigila a sus muertos desde las alturas,
el mercado ofrece a las ánimas y luego las fríen
y en el cine se reproduce el Parque y se le cambia de nombre.

A veces creo que dejamos caer el cuerpo en la plazuela.
En el Parque nada se cae, todo lo arrojamos, nos despojamos
de lo que queda de nosotros, de lo que aún le queda un nombre.

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