Consistencia del polvo, una selección de Jorge Ruiz Dueñas

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En ese momento/ todos callan/ y no hay antagonistas/ ni fuerzas de tarea/ ni ministerios de la fe civil/ sólo hijos/ mondados en el páramo/ y cadáveres anónimos/ para cultos patrimoniales de la bestia.

 

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 Jorge Ruiz Dueñas y Fernando del Paso

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 Jorge Ruiz Dueñas y Fernando del Paso

 

 

 

 

 

Saravá

(fragmento)

 

 

Pero dónde estuviste al consagrar mi casa a Dios
Qué hiciste para evitar indeseables en mi camino
Cómo recibiste mis despachos y mis ofrendas
a Dios omnipotente
por la paz y la armonía del pueblo de agua
Dónde estabas en mi ejecución moral
Cuándo regresaste la peste y los males del cielo y de la tierra
a nuestros corazones empedernidos
¡Oh virgen admirable
plena de constancia!
Por qué no conceder la fuerza
para desprendernos de las vanidades del mundo
Luego con sigilo sugeriste
cantar a ritmo Umbanda
sin alterar la voz en demasía
pues Lourenço Braga
musitaste
conmovido por tragedias
evita cantos: Gêge/ Nagô/ Quetô/ Bantu/ y Omolocô
Pero antes soñabas con seres apacibles:
«Leyenda eres/morirás leyenda»
susurró Nanã Buruquê en la casa de los muertos
al develar piadosa
el lago de los Orixás

Mas hoy que en la corriente va
vencida por nuestro desapego
un estallido nos da poder para llegar al corazón
soma de la voluntad
que reside en nos y en la vigilia
Exploramos así los juramentos:
sin decirle adiós
también partimos
y una procesión de Exu Mangueira
clama en medio de un océano terrenal de márgenes verdinas
ahora que encontramos el incorruptible cuerpo de Solange
más bella que nunca
y Luminosa viene en nuestro auxilio
silente y pulcro como el inframundo
ahora que nos tiende sus manos Silvinho Simbaré
y nos lleva a los trabajos
en la fuente escurrida
y el viaje sensorial es un retorno
una fiesta en la ventana
y Menina da Praia embriaga ya tu cuerpo
y la pureza de huesos humilla resplandores
y la condena del vidente es ser ladrón de sueños
Esa noche de Manaus
ausente enfado
y en canales
lasitud de moribundo
nos dejamos llevar por navegantes
sorprendidos por la luz
luciérnaga en faena
justo en sitio de terras caídas
cuando esponsales de tucanes
bullían sobre las ramas de los quinos
y las termitas en pasaje umbrío
labraban el suplicio

Sin eco nuestras palabras
como una procesión
guarecidas mariposas de hábito nocturno
presentimos la catástrofe
algo semejante a una pasión
a la retribución salvaje
pero el aliento de nuestras bocas aún crecía en fidelidad
y las tibias arritmias de la selva
deslizaron su temor

Calibán 

(fragmento)

* * *

He aquí el futuro
que no responde a la ansiedad
ni da lugar a la neblina del olvido
He aquí lo que nos dejaste
Señor
en los reflejos de tu vastedad
sin dar motivo para recordarte
o considerar tu presencia en la silla de la montaña
Diste a uno más de lo necesario
Consistencia para las enfermedades
el polvo que descansa en sus objetos
Desmedraste a otro la oferta
El rendimiento de su manada
la autonomía del vuelo
su interés en la vileza
He aquí el futuro
nos dijiste
y no sé si te conocí entre los ingenuos
tendido en la playa como un padre de familia
a la espera de los rayos benignos
y de embarcaciones donde transportas emigrantes
Quizá elegiste un número para la fortuna
o bebías café
aparentando escuchar
en los estuarios donde flotan los fieles
ante tu elaborado caos
Ofreciste tareas y empleaste una legión
para cuidar la exactitud de las estaciones
la obesidad del ecuador
y la pulcritud del templo
He aquí el futuro
decías con arrogancia
cuando llegaste sin manos

 

Las restricciones del cuerpo

(fragmento)

*

Entre las restricciones del cuerpo
algunas parecen lamentables
No gobernar la elevación del globo
no extender las manos hacia el mar
ni registrar la caída de la tarde
a la espera de los gamos en celo
No entonar la canción del viento
ni saciar el hambre de la amada
ni oponerse a la ley de gravedad

Esas son limitaciones que afectan el paso por la tierra

Las otras restricciones
son accidentes de relativa importancia
La purulencia
la intoxicación por los desechos propios
el olvido paulatino de las cosas relativas a los vivos
los miembros cancelados por su inútil labor
la dermis extenuada
y ese tremor en las manos que anticipa estertores más agudos

 

La esencia de las cosas 

(fragmento)

 

*

Más allá quedó el asa rota
la máscara de cartón con su acre olor
la navaja roma
la linterna para conjurar los miedos
la maleta de cuero
la fotografía esfumada donde los niños imitan a los hombres
y todo eso surge en la calima
justo si avanzo hacia la costa
y la puerta de mar parece otra puerta del infierno
Empero el faro gira
reitera su haz pulsátil
hasta el ascenso de la aurora
al volverse inútil
y el custodio se revuelve y sueña

Más tarde las cosas aparecen unas sobre otras
como amantes
y los escolapios se adueñan de las calles
con el toser de las máquinas
y la diana de los locutores sobre las ocho columnas
y los guiños del semáforo
se aterran por la caída de las bolsas
e inoportunos suicidas en los subterráneos del metro

En ese momento la pulpa de los frutos
flota en barriles de vidrio
y los sargazos amarran litorales
mientras sucios ríos penetran el océano
como muñones acerados
con su hedor de mujer fértil

En ese momento
también soy desterrado
y el agotamiento es preámbulo

Entonces las viudas de los desocupados
gritan ante el palacio de la historia
van a catedrales y dialogan con santos recamados
discuten los términos de los comisionados
alteran la disciplina de las salas de justicia
se desnudan ante los viandantes
amamantan a los hijos bajo la efigie de los héroes
entonan himnos sin libretos
duermen en ásperas barracas
y se tornan de jade y se eclipsan

En ese momento
todos callan
y no hay antagonistas
ni fuerzas de tarea
ni ministerios de la fe civil
sólo hijos mondados en el páramo
y cadáveres anónimos
para cultos patrimoniales de la bestia

conLeónFElipec

 Jorge Ruiz Dueñas y León Felipe

 

Albamar

(VII)

Para Gonzalo Rojas

Provisiones para el cuerpo
y la ración de luz
llegan como la malicia
desde el centro de nuestro corazón

Baja un jugo de malvas
por tu pecho
y ejercitas en él palabra y canto
porque cada estación tiene manjares

Luego
una sandalia en la arena
un siseo que nos envuelve

Sabemos

de la desolación de dos mujeres
de sus alforjas con plata

Sabemos de caracolas
desprendidas con barreta
de insectos adobados sobre salsa de hoja santa
y sabemos del cobre
al abrirse paso en los ademes
mientras un vino del color del mundo
cae en el cuenco de tus manos

Sabemos del aliento misericordioso
que hace la marea de las ciudades
y sabemos tanto de lo no importante

“Hábleme usted seriamente”
me reclama el emigrante
para extender manojos de cilantro en los manteles

Luego
la cópula de las especies
en la tarde escarnecida
tiñe la mesa de sangre y la llena de sabores

“Traiga pan de muerto”
demando
“Por supuesto”
se escucha decir en el María Sabina
y vuelves tus ojos de bosque sobre mis heridas
y preguntas si tienen algo con el sabor de Dios

“Por supuesto”
te responden
“Por supuesto”


Giriş

Seamos dos orillas dóciles, tú y yo.
Un río persistente corre batiendo su espuma entre nosotros.
Metin Altiok

Soñar cómo acaricio tu cabello
cuando las generaciones creen
haberlo dicho todo
aunque haya nuevas percusiones
y siempre inicie otra melodía

La mano de nuestro verdugo toca hoy a la puerta

Sigo en mi sueño
ovillado en la luz
y aunque no huya
una voz dice cuándo y cómo se derrumban los imperios

Los ojos de nuestros hijos abandonan las tinieblas

Sueño que no duermo
y todo es silencio
Las mujeres y los hombres callan
Después escucho el canto de los recién llegados

El pie de un desconocido se hunde en nuestra tierra

Despierto pero estoy soñando
y no hay quien sepa acerca de los puentes
ni de los relámpagos que alumbran
en el aura de los instantes
a las rameras y a los sicarios
ante el muro de los reinos

Nadie sabe cómo traspasamos los portales
ni ha oído suficientes sagas
y en este distrito
asiento de antiguos soberanos
una pesadilla engaña a la existencia
porque algunos aseguran ya tener lo suficiente
en la raíz de su sabiduría

Pero la mano de nuestro verdugo toca hoy a la puerta
los ojos de nuestros hijos abandonan las tinieblas
el pie de un desconocido se hunde en nuestra tierra
y ninguno ha dejado de soñar
ni sabrá en verdad lo que ha ocurrido:

 

En ese momento 

todos callan
y no hay antagonistas
ni fuerzas de tarea 
ni ministerios de la fe civil
sólo hijos mondados en el páramo
y cadáveres anónimos
para cultos patrimoniales de la bestia.

 

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