Tuérceles el gaznate
Manuel Sauceverde
A las palabras debemos darles la vuelta, cogerlas del rabo, azotarlas, inflarlas, pincharlas, sorberles sangre y tuétanos, secarlas, caparlas, pisarlas, torcerles el gaznate, desplumarlas, destriparlas, arrastrarlas y, sobre todo, hacerlas. Quizá lo que Octavio Paz quiso decirnos es que todo vocablo es un juguete. Si esto es así, al combinar uno o más de ellos, una pizca de imaginación y un número determinado de reglas, se pueden crear diversos juegos de palabras.
Tuérceles el gaznate
Manuel Sauceverde
A las palabras debemos darles la vuelta, cogerlas del rabo, azotarlas, inflarlas, pincharlas, sorberles sangre y tuétanos, secarlas, caparlas, pisarlas, torcerles el gaznate, desplumarlas, destriparlas, arrastrarlas y, sobre todo, hacerlas. Quizá lo que Octavio Paz quiso decirnos es que todo vocablo es un juguete. Si esto es así, al combinar uno o más de ellos, una pizca de imaginación y un número determinado de reglas, se pueden crear diversos juegos de palabras. Dos de estos pasatiempos literarios son los palíndromos y los calambures, los cuales se describen con brevedad en las siguientes secciones. Agradezco las observaciones y sugerencias de Agustín Monsreal y Roberto Acuña que, sin duda, ayudaron a enriquecer este artículo.
- Se verla al revés
Un palíndromo1 es una palabra (o un conjunto de palabras) que se lee igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Esta figura retórica se le atribuye a Sótades de Creta (siglo III a. C.); por esta razón, los enunciados palindrómicos también son llamados versos sotádicos.
Para escribir un palíndromo se necesitan tres elementos: capicúas, bifrontes y reagrupación lineal. En primer lugar, una capicúa2 es una palabra palindrómica; por ejemplo: seres, solos, somos. En segundo lugar, un bifronte4 es una palabra (o un enunciado) que se lee diferente de izquierda a derecha que de derecha a izquierda; por ejemplo: “anotar | ratona”, “arroz | zorra”, “es o no es | sé o no sé”. En tercer lugar, cuando se lee en dirección contraria, la reagrupación lineal consiste en ordenar de forma consecutiva las letras de una o más palabras adyacentes para reproducir un vocablo deseado; en este proceso, los signos ortográficos no se respetan, pero las letras sí. Por ejemplo: “sobornos” al revés es “sonrobos”; al reagrupar linealmente obtenemos: “son robos”.
Los palíndromos se han utilizado en la construcción de numerosos poemas y cuentos (González, 1997; Cruz, 2006; García-Page, 2010). Como sugieren Zaid (2017) y Barrios (2019), la dificultad al escribir uno radica en mantener cierta lógica en las oraciones: cuidar lo que se escribe. De la Colina (2012) nos advierte: “hay palíndromos de mago, de virtuoso, de poeta, y hasta de algún ser angélico o diabólico que acapara las tres excelencias”. Esto se debe a que el escritor no tiene control absoluto sobre las palabras. Por lo general, el resultado final es inesperado.
A continuación, once palíndromos ordenados de menor a mayor por el número de letras utilizadas:
Palíndromo activista
Árbol, aire: no son erial obra.
Adonis
Ágil Adonis a su musa sin oda liga.
Dubium
Para Gyrus
¿Eva dudó? Leí, Daniel, leí. Nadie lo duda, ¿ve?
Sólo en Ore
Ney, en Ore por ley era rey el ropero Neyén.
Empoderamiento
Hoy el edecán es Román: o con amor se nace de ley. ¡Oh!
Palíndromo epistolar II
Telma:
Hoy sé o no sé. Somos o no somos. Es o no es.
Yo, Hamlet
Diálogo
Para Kalazar
—Oda: “La Ánima”.
—¡Cállese, yo leo!
—Joel, ¿oyes? Ella camina a lado.
Palíndromo político
Para Cessy
Eva, yo no sé: laicos sobornos son robos sociales, ¿o no? ¡Ya ve!
Epitafio
Adipal alarido en odio. Letra y arte lo idóneo, dirá la lápida.
Palíndromo homérico
¡Ay! ¡Las naves! ¡S.O.S.! ¡Ulises, oíd: sólo los dioses ilusos se van! ¡Sal ya!
Amad a la mala
—A él y a la mala dama, ¿seda? ¡Horacio, los adulas!
—Allá saluda sólo Ícaro. ¡Hades, amad a la mala! ¡Y lea!
- Seres como dioses
Un calambur3 consiste en la reagrupación y redistribución lineal de las sílabas de una o más palabras consecutivas para crear un nuevo vocablo; en este proceso, signos ortográficos y algunas letras no suelen respetarse (como la h) o se cambian (como la z por la s). Por ejemplo: al reagrupar y redistribuir linealmente las sílabas de la palabra “soledades” obtenemos: “soledad es”, “sol edades” y “sol edad es”.
Esta figura retórica se le atribuye a François Georges Maréschal (1747-1792). En términos rigurosos, es una estructura fonosemántica (García-Page, 2010) que utiliza la homonimia, la paronimia y la polisemia para cambiar u ocultar el significado de un enunciado.
El calambur se ha utilizado en la construcción de numerosos adivinanzas, albures, poemas y cuentos (Jiménez, 2010; Lavín, 2013; Prado, 2016). Para añadir dificultad y belleza a este juego, debe escribirse con cierta lógica: ¡su extensión no es lo más importante! El indicio más seguro para reconocer uno es la necesidad de releerlo en voz alta (pero mucho cuidado con los albures).
A continuación, nueve calambures ordenados de menor a mayor por el número de letras utilizadas:
Chileno
Para Gerardo Fujii y Manuel Illanes
¿Supo Ema que soy chileno? | Su poema: queso y chile, ¿no?
Catecismo
Lea “seres o agua, catecismo”. | Lea “ser eso: agua, catecismo”. | Lea “cerezo, aguacate, sismo”.
Tolkien
¿Acaso Tolkien bebe cerveza, Isidra? | Acá sotol, ¿quién bebe cerveza? ¿Y sidra?
Sol y Loki o…
Soliloquio torero: será amoroso, ¿lo duda? | Sol y Loki o Thor. Eros era amor o sólo duda.
Soledades
El vapor, sol: edades erosionando lo reseco. | El vapor, soledades: erosionan dolores, Eco. | Él va por soledad: es Eros. Y Onán: dolor es eco.
Yo es otro
Para José Ángel Leyva
Ángel Leyva: sí, la radio sólo mal dije. ¡Pornográfica rareza! ¡Raída! | Ángel, leí: vacilar a Dios. ¿O lo maldije por no graficar? ¡A rezar, Aída!
Cadáver soberano
Pasa, Gerónimo. Dominábamos al amante Casimiro: cadáver soberano. | Pasajero. Ni modo, Mina: ¡vamos a la manteca! Si miro cada verso, verano.
Definición calamburesca
Para Agustín Monsreal
Microficción es brevedad. Es proteica si, versátil, es puro cuento minimalista mal entendido. | Microficciones: brevedades proteicas y versátiles. ¡Puro cuento! ¡Minimalista malentendido!
Vacacionistas
¿Para damas? Coyoacán: cuna de mascarones y hostales. ¡Descuentos sinceros! ¡Son oro, pelirrojas! ¡Rebajas! | ¿Para Damasco? Yo a Cancún. ¡Además, caro! Necios, tales descuentos sin ceros son oropel y rojas rebajas.
- A manera de conclusión
Jugar con las palabras no es una actividad trivial. Aunque el objetivo de los palíndromos y calambures es divertirse con el idioma, a través de éstos también descubrimos, exploramos e interactuamos con los mundos dentro y fuera de nosotros; son herramientas excepcionales para la creación y el desarrollo de ideas espontáneas.
La esencia de cualquier pasatiempo es el placer; por esta razón, los repetimos hasta dominarlos. En los juegos de palabras se encuentra la quintaesencia de la creación literaria: el regocijo de escribir en libertad.
Notas al pie
- Del griego palíndromos: ‘que recorre a la inversa’.
- Del catalán cap i cua: ‘cabeza y cola’. En matemáticas, se refiere a un número palindrómico
- Del latín bifrons: ‘De dos frentes o dos caras’.
- Del italiano (no confirmado) calami burlare: ‘burlarse con la pluma.
Bibliografía
Barrios, H. (2019). «El arte del palíndromo», Gaceta del Colegio de Ciencias y Humanidades, UNAM.
Cruz, O. (2006). Minificciones palindromáticas, Publicaciones Cruz.
De la Colina J. (2012). “Los magos del palíndromo”, Letras Libres, enero.
Lavín, C. (2013). “Entre albures, calambures y retruécanos”, La Voz del Norte: Periódico Cultural de Sinaloa, México
García-Page, M. (2010). “El calambur: una propuesta de definición”, Moenia, 16: 167-194.
González, M. (1997). Palindromía. Palíndromos y otros versos igualmente extravagantes, Miguel Ángel Porrúa.
Jiménez, A. (2010). Picardía mexicana, Editorial RM.
Prado, G. (2016). “Calambures, la magia de una tradición milenaria”, Milenio, México.
Zaid, G. (2017). “Palíndromos”, Letras Libres, junio.
Manuel Sauceverde (Ciudad de México) es Doctor en Economía (UNAM) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. En el 2017 obtuvo el Premio Internacional de Investigación “Emilio Fontela”, otorgado por la Sociedad Hispanoamericana de Análisis Input-Output; y en el 2016, el Premio Internacional de Documentos de Trabajo, otorgado por el Banco Central de Bolivia. Ha obtenido diversos premios de narrativa, poesía y música, entre los que destacan: el premio Quinta Jornada de Literatura Breve “Tweet por viaje 5.0” (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y Secretaría de Cultura Federal, 2018) y Cuento de Ciencia Ficción “Año Internacional de la Física” (UNAM, 2005). Su obra literaria aparece en múltiples antologías. Sus libros en imprenta: Entre una estrella y dos golondrinas (Poesía, Editorial Lectio) y Universos perpendiculares (Narrativa, Editorial Lectio).