Karen Márquez
Armonía
Una niña grita mi nombre
Repite mi nombre
Tal vez sea yo hablándome
Erigiendo voces desde el
pasado
¿De dónde vengo?
Hay tres pájaros en el alambre
Vivo en alineación inexacta con el
movimiento
Karen Márquez
Blanco Móvil les trae la siguiente selección del nuevo libro de Karen Márquez «Sensorama«, editado por 20.20. editorial. Todos los poemas que elegimos se encuentran en la sección llamada KITHÁRAS. Para mayor información sobre dónde conseguir ejemplares pueden comunicarse a la siguiente dirección de facebook: https://www.facebook.com/Sensorama-Danser-1794102920822556/?fref=ts
Armonía
Una niña grita mi nombre
Repite mi nombre
Tal vez sea yo hablándome
Erigiendo voces desde el
pasado
¿De dónde vengo?
Hay tres pájaros en el alambre
Vivo en alineación inexacta con el
movimiento
Una mujer de arnés dorado y
un abismo brotándole por los ojos
Lleva la masa sobre sus manos
Sustancia
Isocronismo pendular
Armonía
Trance traumático sin tiempo
¿Qué fue de mi vientre
cuando fui volcán?
La lava ardía
Sofocaba mi ser entero
Fui despeñada
por un rayo congelado
luminoso y punzante
que atravesó mi cavidad
de vagina dentada
Como el preludio
de la hecatombe
Que vio nacer el síncope
una y otra vez bajo las noches
Que se sumergió en su Madre
Y nadó hacia la morada
de su hermano Tacaná
¿Acaso se convirtió
en roca andesita
compuesta de cuarzo
basalto y níquel?
¿Acaso se abrirá
la tierra de mi cuerpo?
¿Nacerán montañas,
aves y ríos
entre columnas humeantes?
¿Acaso daré vida?
¿Resistiré a la grieta
del axis mundi?
¿O vacilaré
floreciendo en ish tam
como Jacob, el que pelea
con los ángeles?
¿Qué fue
de mi vientre?
Elegía a Efraín Huerta
Soñé el rayo de tus ojos en superzum
envuelto de arboledas verdísimas
Como eclosión de una crisálida
arrojada al abismo entre ser y no existir
Recordé a la muchacha suicida
a la que Hegel hacía sentir ratón
y me proclamé en defensa de los
derechos de las bestias
Te esperaba
Socavando el fúnebre instante te espero
Has viajado a través de las piedras
con el temple enardecido
prófugo voraz
Mi cuerpo se desprende de mí hacia el jardín
Donde le viento y el sonido
se consuman
y se consumen inagotablemente
Náufraga de mi mente tropecé contigo
Nuestros vahos enloquecieron en la ultratumba
de las poderosas tierras despobladas
Nuestras llamas se unieron formando el cielo
más sangriento deteniendo el amanecer
Porque quienes se alimenten del fuego
serán las bestias nacientes para la eternidad
Evoquemos la noche de nuestra muerte en el desierto
Donde una tempestad tan profunda como dolorosa
cimbró en las conciencias de todo
guardián del tiempo y de la historia
Dejemos los poemas de amor superficial
Y saquemos los fusiles empolvados
de nuestro corazón ardiente
de infinito
Resplandor
Sumergirse en los pantanos sin enmohecerse
Sucumbir en la raíz
Nacer exógena
Ser conífera que fecunda nube de polen
en los desiertos del tiempo
Danzar a través de leguas profundas
Inagotablemente rítmca
como nuestro corazón
Con el fulgor de todas las que no danzan
Y por las que vienen
Y por las que no están
-Cantó la noche
y los frutos cayeron de los árboles-
Danzar
es el resplandor creciente que cubre el manto
sagrado
de nuestro cuerpo
La palabra inmolada en el papiro de los sueños cae
como un aliento cálido que se desdobla en sombras
en voces
en conjuros
I l u m i n a c i ó n
Como la totalidad que tiembla
y mueve los lazos que nos unen
al universo
Iris
Descomposición de luz en una gota de agua
Líneas espectrales dibuja Iris la mensajera
Quiero ser animala esta noche
Todas las noches: una loba: serpienta: cuerva: venada
Quiero ser
El fango indemne de la materia prima
devorando hostias de pétalos
Tronar las vértebras que me sostienen
Quebrar la afrenta que me ataja
Roer mi propia tumba
Mi santa muerte
Vengo del trance:
siento que mi rostro ha estallado
el espejo dentro del espejo
Tengo sed
Fui poseída por Huracana y el destiempo del tiempo
Sentí la figura del navajazo que dio a mi sexo de coral
La soledad que devela lo profundo
en los tímpanos lejanos del silencio
Mi cuerpo comienza su auto abducción
En las partituras del roquedal que cuelga
de mis juncos
Mis huesos se agrandan
Primer canto meditativo: omoplatos / omoplatos /
omoplatos: lo repito hasta que se vuelve mantra
mientras detengo el floreo y comienzo a navegar con
brazos de serpiente o aleteo marino y me arrastro
como la penumbra.
Segundo canto meditativo: las formas / las formas/
las formas: comienzo a repetir hasta convertir de nuevo
la palabra en el mantra cósmico que es la fibra
entre el estado consciente e inconsciente. La vigilia
y el sueño. La noche y el día. El puente cíclico
Quema la sangre dentro
Decido volver