Por Itzel Nayelli Palacios Valdivia
me gusta pensar que estabas hecha de barro
como las muñequitas que moldeaba
cuando niña
en el patio de mi abuela
me gusta pensar que tu corazona
reconocía mi latido
como yo sentía que mi latido
reconocía tu corazona
siento que no me pertenece el llanto
aunque a mi dolor le pertenezca tu ausencia
me siento intrusa del dolor que siento
y es absurdo
no sé de ti más que un ramillete de poetas
y la corazona expuesta al mundo
no sé de ti además de que conversabas con tu llanto
que te arrullabas tu solita
por si la vida te arrancaba los arrullos de otros
te sabías poderosa por dar vida
cuidabas esa vida
y amabas esa vida
porque la entendías hermosa
no sé de ti más que la historia que imaginé
con las veces que me hablaste de poesía
con las veces que abrazaste mi poesía
y que hablaste de la historia que te puso en mi camino
me gusta imaginar que te conozco
que me pertenece este llanto
como a mi dolor tu ausencia
y a la eternidad
tus bellos cantos.