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Poesía de Daniel Quintero




En mis brazos murieron
tres perros
dos amigos poetas
mi abuelo
varias madrugadas
cinco hijos
abortaron a sus madres
en mis brazos giraba el mundo
en sentido extraño
a las agujas del reloj
tuve que dejar venas y tendones
músculo al descanso
como en un tango
cien veces repetido
pero la ambición fue más allá
a buscar en otros planetas
mares de fondo
y un naufragio inevitable
a pedido de los peces.






Mi abuelo se sacaba las uvas
de la boca para alimentarme
éramos una familia de pájaros
no volábamos /al menos yo
él recorría el patio en busca
de las uvas para cruzar el mar
hasta su aldea de Galicia
así amábamos el vino
así él me daba de beber
«hoy la parra es algo
que sucede en el pasado»
ni mosto ni abejas libando
ni ratas que hurguen
en los racimos maduros
ahora que dejé el alcohol
recuerdo a mi abuelo
entre las parras
extrañarlo es
mi síndrome de abstinencia.






Todos los que se dedicaron
a reescribir La Biblia
imaginaron literatura maravillosa
El Dante /Shakespeare /Marx /Freud /Perón /Fidel /Gadafi /Tanguito /Vox Dei /King
Crimson
cada vez que retomo escritura
y con suerte recaigo
en un versículo sobre el vino
o los peces o el pan
o las aguas divididas
dejo a la consideración
de los monjes escribidores
mi recreación mi estímulo
las conveniencias de mi herejía
pero sin ánimo de blasfemar
mi dedicación
es de exclusivo carácter literario
lleguemos a un acuerdo:
en mi paso por la iglesia
aprendí a pescar y multiplicar
repartir y hacer pan
separar las aguas
los rezos los gritos y pecados
llanto velorios
ayunos y resurrecciones
el arte del vino
lo aprendí de mi abuelo
/a la sombras de las parras
en el patio de la infancia.
De ahí toda maravilla.






Me puse a levantar puentes
yo que no sé nada de ríos

también a cortar diamantes
que no sé nada de cuchillos

a escribir cartas de amor
yo que no sé nada de escaleras

me puse a construir barcos
que de lo único que conozco
es del champán para el bautismo

me puse a levantar casas
que nada sé de resguardos

otras veces a hacer pan
que no sé nada de espigas

me puse a destilar whisky
yo que apenas puedo
soplar y hacer botellas

me puse a tocar música
que no conozco de silencios

tampoco a hacer fotografía
que nada sé ni de luz ni de sombra

me puse a fabricar aviones /de papel
yo que no sé nada de poesía.






Daniel Quintero
Semblanza

Bs. As. 1959
En 1987 se radicó en Tierra del Fuego. Regresó a Buenos Aires en 1994.
Fundó el sello Ediciones Parque Chas.

Participó en libros editados en Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Cuba, Bolivia, España,
EE.UU., Japón, México, Nepal, Serbia.

Es uno de los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Parque Chas “Luis
Luchi”.
Algunas publicaciones: “El Extranjero y el hechizo en la ciudad de la bahía” (poemario.
Ushuaia, 1990), “Mensaje de Náufragos” (Del Naufragio. Ushuaia, 1990), “Cementerio de
Payasos” (Parque Chas Ediciones. Buenos Aires, 1997), “Literatura Fueguina, 1975-1995.
Panorama” (Roberto Santana. Ushuaia, 1998), “Cantando en la casa del viento” (Antología
literaria de Tierra del Fuego. Nini Bernardello, 2001), ”Crónicas fatales escritas desde La
Luna” (Parque Chas Ediciones. Buenos Aires, 2005), ”Inusual” (Parque Chas Ediciones.
Buenos Aires, 2013), ”0 Killed” (textosintrusos. Buenos Aires, 2016), “Pruebas de Galera”
(textosintrusos. Buenos Aires, 2018), ”SIGNOS /sobre El Jardín de las delicias”
(textosintrusos. Buenos Aires, 2018), «Yo vengo a ofrecer mi poema» (2022. Antología
publicada en Bogotá, Colombia).

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