Por Linda Guiza
Pichones suicidas
A ti te he hablado con esta multitud de palabras milenarias abrazadas a mí
a mi vertebral mutismo donde el aire es el mundo
cicatriz destino del ave que habita allí
Cuando hablo contigo en medio de esa multitud algo se entibia
es la sílaba en tu pecho el relámpago de tu boca
tú boca la sangre del tiempo
el tiempo la raíz de tus labios
tus labios una navaja húmeda
Húmeda la muerte
que te nombra con su voz de herida
herida de pichones suicidas
en el útero sagrado de mi garganta
Y te hablo dándome al fuego que habita en mis comisuras
confiando al nido que hilan tus horas
horas signos horas árboles
fragmentos de un misterio sueño
jadeo de cuervos
atados a mí
a mis poemas huesos
que se niegan a ser polvo
en el exilio de tú sonrisa
Y te busco entre este abandono y el otro
en ese mar desconocido
que nos enviste con miedo y libertad
Y no sé si te he dicho
que en ésa codicia silenciosa
comprendo que puedo olvidarme
He venido de la melancolía
mi pasión tiene una raíz amarga
con ella pretendo encontrarte
deshabitarme
Cuando hablo contigo
esta tempestad ermitaña respira
esto es andar entre instantes contenidos
descalzos y ciegos
Llevo el rumbo de las voces furtivas
apocalípticas
aquellas que parecen hablar entre las ruinas
las que remolcan el encargo de las lágrimas
Cuando los labios dicen
nadie escucha
Quizá debo estar equivocada
porque yo a ti te he hablado
desde esta hierba agitada
persiguiendo tus insomnios
que el fuego de tus secretos
pisa sin piedad
y entonces
otra vez todo parece que arde
Y sí, exijo estar viva
para que estas palabras que también son muertos
y que a veces no saben cómo han de salir
hurguen en tú tierra que es de nadie
y sepas de ti
A ti te he hablado
callada a llanto de semilla
a grito sucio de calor
a brasa triste de noche
amanecer de nube en celo
a tarde verso gimiendo
a noche carne de tedio
a labio agotado de tacto
Tú detenido en mi aire
yo cayendo sobre tú cuerpo a palabra abierta
Felicidad de muertos
Pienso en ti
como quien piensa en una mañana fresca y cálida
desde un balcón frente al mar
el mar se desteje manso
y la luz desgasta, inacabable
todo calla y canta
Habitas allí
entre secretos y horas
el reloj es solo un sueño
que parpadea a cada instante
con tu sonrisa
Los momentos pasan como rostros sobre el agua
nada se merece este llanto
a nadie se le premia con esta felicidad de muertos
Desde uno de los cajones de mi alma oigo
que un pájaro grita
es el silencio
ese simulacro sagrado de la muerte
infinito y necesario
Es esta mala usanza de llorarle a las cosas
de vivir entre los laberintos que tiene el olvido
y la memoria
Pienso en ti
al entreabrir el día
y entonces todo pasa
la desnudez de nuestras mañanas
los ojos que muerden y mueren
Nuestras miradas no nacieron para estar separadas
A veces
cuando la tarde me lo permite
pongo mis pies sobre la creencia
nadie me ha dicho que quizá sobre la hojarasca
vuelva a encontrar el camino de su lengua promesa
Él no sabe que le pienso y que le escribo
que esta mujer huracán todavía le habita
que aquí adentro
donde él solamente sabe
su noche entra
me habla de una primigenia dicha
Aun es tibia la esperanza de encontrarme
En los días por venir
quedaré ciega entre las cosas que todavía me viven
Los años nos harán esclavos
entre los días sin fecha
hasta entonces sabremos de las estrellas metáfora
que apetecíamos preñar
Cómplices de nuestras larvas palabras
quedaremos mudos cantando la suerte
de este madrigal
Versaremos la vida
hablaremos de sus espadas y sus cuchillos
escribiremos de sus lazos y sus ataduras
con la esperanza de no mirarnos
Porque en el corazón habrá mares que nunca dejarán de llorar
Podremos olvidarnos
abrazaremos otros amores
nadie sabrá de nuestras anclas palabras
porque habremos muerto
He de quedarme sin mi otro
tratando de multiplicarlo entre los días candelabro
y noches espejo
Luego pensaré:
¿Quién habrá tomado esa parte de mi destino
que me seducía tanto?
Lejano te imagino
ardiendo entre glaciales
atravesando algún sueño rojo
como un ave dormida
atrapado en un cuerpo humano
pulsando en el corazón de una tarde
sin premura
Linda Guiza. Poeta y escritora. (Ciudad de México, 1977). Actualmente estudia la carrera de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. (UACM) Fundadora y coordinadora del Festival de Poesía en el Metro “Poesía y Movimiento” (2008-2012) Festival de Poesía “Marabunta” y “21 poetas en primavera” (Roma – Condesa, 2010). Su obra ha sido incluida en el primer libro de Video-poesía en México, “Ecos de la imagen” (2008), en el libro conmemorativo de la Feria del Libro del Zócalo “Cada chango a su mecate” compilación del maestro Hugo Hiriart. (2011) En diversas antologías y revistas literarias como Así Nacieron, Poesía Cero, Cupido Internauta y Literal, esta última, publicación auspiciada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.