Habló Luis

 

Por Teresa Muñoz

 

-Habló Luis.­­

Y ya. Dejó caer la frase con todo su significado. Sólo eso dijo. La inocente mirada no varió, ¿o sí? Lo que alcancé a ver en sus ojos no me permitió averiguar si sabe o no, ¿estaría fingiendo? Únicamente a Luis se le ocurre llamar a una hora en que no estoy. ¡Y encima decir su nombre! ¿Qué más le habrá dicho? Quizá ella conoce todo ya o al menos lo sospecha y no quiere hacérmelo notar. Pero… el ritmo de su respiración invariable y el aleteo de sus pestañas no reflejan duda.

¡En mal momento di a Luis el teléfono del departamento!

A ver, examinémosla con calma, mencionó a Luis. ¿Qué tono usó? No de reproche, no, lo habría notado de inmediato. Su melodiosa voz no delató ningún cambio. Pero así es su voz, siempre con esos tonos melodiosos desde que la conozco.

Creo que Luis se salió de control, no me escuchó o no entendió que eso terminó, que no quiero verlo más. ¡Esto es una pesadilla! Ella simula no saber lo que pasó entre Luis y yo o, ¿deveras lo ignora? Será mejor cambiarme de ciudad irme lejos de los dos. La vergüenza de la verdad va a terminar con mi trabajo, mis relaciones, mi prestigio. ¿Para qué seguir fingiendo? ¿Para qué estorbando sus vidas?

Ella me mira, va a dar el mensaje de Luis. Mazatlán al atardecer o Parras al amanecer. ¡Pinche Luis!, tan cursi y sincero a su manera. Pero ¿si ella descubrió todo, entonces porque dijo habló Luis? ¿No sería mejor callar y discutirlo en otro momento? Sí mejor hubiera sido guardar el odio para sí misma. Tal vez ahorita mismo sus labios estén conteniendo todas esas palabras que forman el color de sus pensamientos, de sus insultos al rojo vivo, de lo que ayer fue mi vida y hoy mi vergüenza.

Ella comienza a abrir la boca, me doy cuenta de que no tengo a dónde ir, dónde esconderme de su furia. no sé que fue peor, si haberme metido en la vida de Luis o en la de ella, ¡no! Ellos se introdujeron en la mía. Cada quién por su lado y con su mejor sonrisa, me hicieron caer, uno en mi necesidad y la otra en este matrimonio que seguramente terminará hoy.

Presiento que su piel cambia y se torna color desprecio, ¿cuándo acabará esta pesadilla? “Habló Luis”.

– ¿Y…?

Ahora sí Dante, ahí te voy rumbo al infierno. Y ¿quién sabe? A lo mejor Luis lo que buscaba hablando a mi casa era acabarme, “si no eres mío no serás de nadie”, terminar conmigo para siempre. Ver mi humillación y muerte. Hice bien en dejarlo. Es vilmente vengativo y esta mujer enfrente de mí se prepara interiormente para reclamar y recriminarme. Va a escupir su llanto sobre mí, ¿realmente lo merezco?

-Luis mi hermano, preguntando sobre la cena de mañana, le dije…

¿Habrá notado mi suspiro de alivio? ¿Y mi sonrisa? Olvidé que tengo un cuñado que se llama igual que él.

 

María Teresa Muñoz Ortiz.  (Minatitlán, Ver.)

Actriz con formación teatral desde 1986 con Rogelio Luévano, Nora Mannek, Jorge Méndez, Jorge Castillo, Abraham Oceransky, entre otros. Diversas puestas en escena, comerciales y cortometrajes de 1986 a la fecha. Directora de la Escuela de Escritores de la Laguna, de agosto de 2004 a diciembre 2014.

Columnista en las revistas electrónicas Bitácora de vuelos https://www.rdbitacoradevuelos.com.mx/ y Escritoras mexicanas https://www.escritoras.mx/

Lic. en Idiomas, con especialidad como intérprete traductor. (Centro Universitario Angloamericano de Torreón). Profesora de diversas materias: literatura (en inglés, francés y español), gramática, traducción, interpretación. Coordinadora de Talleres literarios, Presentaciones de libros, Charlas literarias, Diplomados, en la Biblioteca José Santos Valdés, de Gómez Palacio, Dgo.

Dramaturga y directora de teatro.

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