Por Mercedes Alvarado
Para hablar del miedo hay que haberlo sentido; para encontrar la poesía en el miedo, hay que haberlo cruzado ida y vuelta.
Puentes de cartón, de Susana Obrero, es un libro en el que el miedo, la palabra y las distancias son tan cotidianas como preparar el desayuno o sentarse a tomar un café por la tarde.
Susana recorre los lugares comunes de la casa, la cuidad, los bosques y los aeropuertos; nos va contando de lo diario para revelar lo extraordinario de cada lugar común, lo íntimo de los sitios abarrotados y la desgracia de un gato que se queda sin hogar o que se siente perseguido por el perro de la vida pragmática.
Por Mercedes Alvarado
Para hablar del miedo hay que haberlo sentido; para encontrar la poesía en el miedo, hay que haberlo cruzado ida y vuelta.
Puentes de cartón, de Susana Obrero, es un libro en el que el miedo, la palabra y las distancias son tan cotidianas como preparar el desayuno o sentarse a tomar un café por la tarde.
Susana recorre los lugares comunes de la casa, la cuidad, los bosques y los aeropuertos; nos va contando de lo diario para revelar lo extraordinario de cada lugar común, lo íntimo de los sitios abarrotados y la desgracia de un gato que se queda sin hogar o que se siente perseguido por el perro de la vida pragmática.
Puentes de cartón que se tienden hacia dentro, hacia el sitio en que una pueda nombrar la calma con que se asumen lo mismo infortunios que revelaciones, porque la poesía está en “ver volar tu avión de papel que vuela sobre un enorme charco”.
Un jueves la poesía cayó en mis brazos.
En las calles perros con abrigos pasean sobre los cartones de los vagabundos.
Queda tanto por desenterrar.
Nos llenaron los ojos
de letra pequeña
y ahora, ciegos, avanzamos hacia el precipicio.
-¡Quemad los libros!- gritaban mientras dormíamos.
Nos repiten que somos libres.
Y en las fosas comunes
tantos ojos abiertos.
No dejo de preguntármelo.
Si extendiera mis poemas en el suelo
sobre cuál se posaría el gorrión que ahora salta a mi lado.
El miedo
es pensar que solo el viento los moviera
y nadie
ni gorriones
ni hormigas
ni caracoles
se posaran sobre ellos.
Siluetas
Hoy
la tortilla me salió con la forma de África.
Llanuras amarillentas de huevo mal batido
cuello de jirafa
que estira la sonrisa del hambre.
Ni los elefantes recuerdan por qué se multiplicaron las hienas.
Manos de gorila y marfil
miseria de furtivo.
Echo agua sobre África
y la tortilla flota a la deriva en el plato blanco.
Dormimos sobre chinchetas
soñando con resistir el pinchazo.
La suerte de funambulista se sienta en la silla de tu cocina
un temblor de alambre desayuna contigo.
La infancia detenida observa
por primera vez
que el vaso de cristal está siempre al borde de la mesa.
Susana Obrero (Madrid, 1968) es poeta y maestra de Educación Primaria. Autora de los libros de poesía Yo también un poco (Edicions 96, 2010 Premio de poesía Marc Granell), Violines y panderetas (III Premio de Poesía Marcos R. Pavón 2011), Puentes de cartón (Entriciclopes, 2014), El hueso de un albaricoque (XVIII Premio Internacional de Poesía Ciudad de Ronda 2017) y Ruido de pájaros (de próxima publicación por la Editorial Amargord). Participa y disfruta de las actividades de la Fundación Centro de Poesía José Hierro, colaborando en antologías de alumnos, recitales y encuentros. Miembro del colectivo poético Divagantes.