COMENTARIOS SOBRE EL TRABAJO POÉTICO DE JULIA SANTIBÁÑEZ
«Los versos de Julia demuestran que las células metafóricas de la poesía son un instrumento milagroso para expresar la complejidad del deseo, para rebasar los maniqueísmos de la vida telenovelada y sus frases chatas. El erotismo, como ella lo presenta, se mueve siempre y hierve sin evaporarse».
Eduardo Casar, presentación libro Rabia de vida
» Quizá la mejor manera de ser poeta es olvidarse de serlo y esperar a que las palabras logren su cometido. Julia Santibáñez marca por segunda ocasión la posesión de una geografía personal y estas páginas permiten vislumbrar con mayor amplitud que la vida cotidiana y un uso exquisito del lenguaje —en su línea más delicada: el sonido—, pueden lograr una asociación feliz que no se estacione en el desparpajo de mandar a la imprenta la primera intentona de versos sin el mínimo control de calidad. Por su parte, el cuerpo se impone como el eje de la materia poética, pues fuera de sus límites se habla desde la incertidumbre y el interregno. La poesía de Santibáñez apela a la experiencia de estar vivo y de padecer con los otros el cansino drama de la fragilidad de todo. Poética de eventos mínimos que confiesan la percepción general: nada es tan trivial que no pueda ser llevado al terreno poético, al de la música compartida que permite memorizar una línea para lograr el deseo más íntimo de los hombres: la comunión”.
Luis Bugarini sobre Ser azar en Asidero, blog en revista Nexos
“En su trabajo hay un decir hecho de una suave y sutil belleza”.
Cosme Álvarez, presentación de poemas de Ser azar
«Su poesía es, sobre todo, una declaración de cuerpo presente donde el otro se hace necesario para que el cuerpo-casa pueda transmutarse, extenderse, desbordar su límite preciso y abandonarse, en el viaje pasajero, de reconocerse sagrado y animal. El poder de la palabra rubrica el manifiesto».
Mónica Lavín, prólogo de Rabia de vida