María Elena Solórzano
VIII
Sobre los escombros de su pueblo,
un rey sestea en lecho de diamantes.
En la mesa, codornices rellenas de perlas y corales.
Con daga de plata a la paloma hiere,
disfruta su carne blanda y dulce.
En la puerta de palacio
se deshace en saliva la boca del mendigo.
María Elena Solórzano
VIII
Sobre los escombros de su pueblo,
un rey sestea en lecho de diamantes.
En la mesa, codornices rellenas de perlas y corales.
Con daga de plata a la paloma hiere,
disfruta su carne blanda y dulce.
En la puerta de palacio
se deshace en saliva la boca del mendigo.
XI
Los prisioneros,
columnas tarumbeantes.
Una mujer soldado
coloca en el cuello de un hombre
el collar de los oprobios,
juguetea con él
y lo monta como si fuera galgo.
Los soldados de academia
desnudan prisioneros,
les palpan los testículos,
los masturban,
los ungen con el semen…
En las noches a los centauros jinetean.
Con esas manos
acarician el rostro de sus hijos.
XII
Huérfanos de luz, los niños.
En la puerta cuelgan mantos en jirones.
Los gusanos desmigajan el cuerpo de la madre.
En La Media Luna ondea otra bandera.
Victoria significa: total exterminio en el desierto.