Dime/ espejo roto/ dime/ que es toda/ esta ciudad de palabras/ y máscaras que veo/ en tus piscinas muertas.
Aldo Vicencio (Ciudad de México, 1991). Poeta y ensayista, estudió la Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es fundador del colectivo de poesía Naufragio. Es autor del poemario Piel Quemada: Vicisitudes de lo Sensible (Casa Editorial Abismos, 2017) y su obra ha sido publicada en diversas revistas literarias en México, como Círculo de Poesía, La Piedra, Opción del ITAM, La Rabia del Axolotl, La Cigarra, El Septentrión, Rojo Siena y Periódico de Poesía de la UNAM.
Anatolle
*
dime
espejo roto
dime
que es toda
esta ciudad de palabras
y máscaras que veo
en tus piscinas muertas
que es toda
esta fiesta
de argollas rotas
que gritan y vuelan
cuando el hambre vuelve a ser hambre
a ti la luz de un foco
te queda p o c a
porque en tu vaivén
de río petrificado
escucho la asfixia de la luminosidad
que ven los ojos
dientes del cielo
sobre mis húmedos pies
¿acaso no es hermosa
la indeterminación
de un reflejo en todos
los pensamientos?
**
tribulaciones
éxodos
y resurrecciones
[aspersores
de música para Edipo]
el beso de rosas
en la boca de una escopeta
el comedor
donde se colgó un epitafio
de ojos claros
Anatolle quiero llamarte
letra viva
en cada muerte
sabor a hierba
que tiene el silencio
si, Anatolle
ballena de hierro
sobre el sopor de mis días
la cuna
donde se mece
la rueda de fuego que llamamos
s e n s i b i l i d a d
nocturno sin fin
extiendes tu página de brillo
carbonizado sobre las lámparas
girón
arritmia
fractura
en mis brazos
te sostengo:
respiras
las danzas de la guerra
***
querido Anatolle
ritmo
ritmo
r i t m o
la historia
es la revolución de las visiones
{vives donde ves}
es la serenidad
descorchada de un monstruo
que reposa,
escala y se enrosca
junto a la puerta,
en la cocina,
frente a los ventanales y en la rendija
un misterio
que salta y despliega
cataratas de instantes
como la combustión de tu rostro
como la lluvia de plumas
que llevó cuesta arriba
la voz de tus padres y de tu hermano
es posible caminar entre muros
e n t r e t u s o j o s
el ocaso te sigue
y dibuja la espiral
de tu voz sobre la pared
****
reguilete
de sábanas
caminos en las venas
una lágrima de sal
bajo la estría de seda
en la regadera
navega la espuma de la libación
de este nombre,
de esa sangre
estuche de aconteceres
frente a la ventana
una posibilidad:
la caricia de la angustia.