En Base Atenas, por las noches papá untaba los tejidos de su voz al radio de banda civil. Era la muerte con su abrazo de monte, estoy seguro. Yo era un niño al que le crecían los dientes y los espíritus desde la punta de los pies. Fantasmas al borde del abismo. Toco la noche, la palpo en su más vasta oscuridad. Y como si así se me escapara el miedo, en algún esbozo de la infinitud: papá canta en el fondo de las lágrimas, asomándose a nosotros como un árbol de almendro y de cristal.
OSCURO JOAQUÍN
La humedad es remanso para la memoria.
Socorro Trejo Sirvent
En memoria de Joaquín Vásquez Aguilar
Papá,
en el viaje a San Cristóbal
pediste que guardáramos silencio.
Las ventanas
manchaban de ceniza el saco de Joaquín
mientras fumaba.
A su lado,
Joaquín me encontró
mirándole las manos carcomidas
como un hombre de pesca,
lazadas al bagre
con sus ojeras de agua.
Frenaste de golpe, papá,
y los perros
en su ladrido
atraparon el chillido de las llantas.
Mordieron el grito y
se fueron masticándolo todo:
el tope de piedras,
las líneas amarillas en
su profundidad de lirio,
fantasmas al borde
del abismo.
La carretera
era una sábana gris ante los faros del Volkswagen.
Joaquín,
a la altura de sus ojos,
palabreó entre dientes
una forma de callar
sin sostener el silencio.
Paramos, aquella vez,
porque Joaquín así dispuso,
para comprar cervezas.
El aire se arremolinó en su pecho,
el viento de Piedra Parada
se encandiló en sus ojos
como dos gotas de niebla.
Y fumó
hasta congelársenos
la risa.
Mamá tomó fotografías
y atrapó con la cámara
figuras de aire anidadas en tu barba
y en la mirada atónita
de un oscuro Joaquín.
Sus pasos no dejaron huella.
Al filo de sus pies,
una especie de arena
le acarició los tobillos,
una enramada de voces se le trepó a la garganta
en vaho,
en humo desprendido.
Nuestros ojos,
opacos en el horizonte,
se agrietaron
hasta volverse
transparentes lágrimas
de premonición.
Tanto silencio guardábamos, papá.
FOTOGRAFÍA CON BRAZO ENYESADO
Papá,
existe una fotografía
en el más viejo álbum de la casa.
Estamos tú y yo en “El Principito”,
mi jardín de niños.
Yo, sobre una resbaladilla.
Tú, abrazándome.
Traigo el brazo enyesado,
y tú, un suéter donde el otoño
había pintado su boca anaranjada.
En la calle, Chico Che
sonaba en el estéreo de tu Maverick.
Meses atrás,
sobre esa resbaladilla,
Enrique Tadeo
cumpliría su cabal venganza.
Caí con mis dieciocho kilos
sobre el brazo izquierdo,
y llanto
y todo
desgajaron el corazón
tuyo al encontrar en las radiografías una forma
de amor hacia tus ojos
que devino lágrimas.
En la fotografía me sujetas
como si tu moreno brazo
fuese el mío.
Sonrío
y huelo en el aire
tu pulsera de plata,
el óxido de los botones
de Francisco José Hernández, Chico Che,
mientras te ibas cantando,
también en el aire:
Y ha pasado el tiempo y puedo recordar la historia
de nuestro romance que llevo yo en mi memoria.
Me deslizo,
entonces,
sobre la resbaladilla,
desaparece primero tu moreno brazo,
desaparezco yo después,
y como si así se me escapara el miedo,
me olvido que tu Maverick
suena,
y se aleja
y atraviesa la memoria
detrás de la puerta del jardín.
LA HERENCIA DE MI ABUELO
Yo le heredé a mi abuelo
un lunar blanco en la punta de mi fleco.
Por eso papá cree
que ve a su padre en mí.
Lo cuido porque soy
un mechón de canas
que le trae de golpe
los recuerdos de su padre.
Por eso cuido a papá,
porque soy
el más parecido de sus canas.
Fernando Trejo (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1985). Es egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Chiapas, y diplomado en Guión Cinematográfico por la Universidad Nacional Autónoma de México / Universidad Descartes. ha publicado los libros de poesía Circuito Amor (Morelia, Jitanjáfora, 2002); Raíces de un sueño (Tuxtla Gtz., Viento al hombro, 2002); Por las mujeres, hermanos, escribamos (Tuxtla Gtz., Viento al hombro, 2005); ¿A dónde van las palabras? (Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México, 2006); Alba por los caminos (Tuxtla Gtz., Universidad Autónoma de Chiapas, 2006), Cuaderno Invertebrado (Tuxtla Gtz., Viento al hombro-CONECULTA Chiapas-CONACULTA, 2009), bérsame (Tuxtla Gtz. Secretaría de Educación de Chiapas, 2011; Segunda Edición CONECULTA-Chiapas, 2014)), Travelling (Ciudad de México, Literal, 2011; primera reimpresión 2014), Las alas de mis ensoñaciones que son pájaros (Puerto Rico, Espejitos de Papel Editores, 2012), Solana (Ciudad de México, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2014; Segunda Edición, Mantis Editores-UNACH-El Carruaje Ediciones, 2018), Ciervos (Monterrey, Atrasalante-CONECULTA-Chiapas, 2015) Base Atenas (Guadalajara, Mantis-CONECULTA-Chiapas-UNACH, 2016), La abuela está en la casa porque he visto su voz (Sonora, Cuadrivio – Instituto Municipal de Cultura y Arte de Hermosillo, 2018). Ha sido becario en los períodos 2004-2005 y 2007-2008 por el Programa de Estímulos para la Creación y el Desarrollo Artístico (PECDA) en el área de poesía; del taller de poesía Bosque sin Senderos, en San Agustín, Etla, Oaxaca, por el CONECULTA Chiapas 2007. Becario del Instituto Mexicano de Cinematografía en producción y diseño sonoro en 2010; y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en 2018. Ha obtenido los siguientes premios: Juegos Florales San Marcos 2006, Premio Municipal de la Juventud 2007, Premio Regional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2008, Premio Estatal de la Juventud 2009 en el área de poesía, Premio de Literatura Joven Max Rojas 2011, Mención Honorífica del Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2014, Juegos Florales Nacionales Anita Pompa de Trujillo, Segundo Lugar Premio Nacional de Poesía Joven Jorge Lara 2014, Premio Regional Centroamericano de Poesía Rodulfo Figueroa 2015, Premio Nacional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2017, Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2018 y Premio Estatal de Poesía Armando Duvalier 2019.